CASTILLO. El recinto alberga en su interior diminutas casas blancas y callejuelas sinuosas llenas de flores.
Sociedad

Un castillo con vistas al mar

En pleno Parque de los Alcornocales se alza la fortaleza de Castellar, un recinto amurallado que cada fin de semana acoge un original mercadillo

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La fortaleza de Castellar Viejo es una de las paradas obligatorias dentro de la Ruta del Toro, un remanso de paz y armonía en pleno Parque de los Alcornocales, entre los ríos Guadarranque y Hozgarganta. Desde el castillo, las vistas son majestuosas: el embalse, los bosques de las laderas, así como el peñón de Gibraltar, el Estrecho y la costa africana al fondo.

El antiguo pueblo amurallado de esta localidad gaditana, hoy refugio de hippies, artistas y demás espíritus libres, fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1963 y es hoy en día uno de los principales reclamos turísticos de la provincia. Esta fortificación árabe, constituida en el siglo XII, fue antigua residencia de los Condes de Castellar. Su planta irregular alberga un recinto con barbacanas, cubos, torres de flanqueo y torres de ángulo cuadradas y circulares, algunas de ellas coronadas con almenas.

Destaca el arco peraltado que corona la entrada, enmarcado por otro de herradura. Desde el pequeño patio de armas se puede acceder al caserío interior, plagado de casas blancas y bellas callejuelas angostas llenas de arriates de flores, macetas y enredaderas. Entre los principales monumentos, son dignos de admirar tanto el Alcázar de los Condes de Castellar, como el edificio del Ayuntamiento y la pequeña Iglesia del Divino Salvador, de estilo barroco. Todo el conjunto se conserva en buen estado tras la restauración parcial acometida en 1979. El acceso es libre, no obstante, puede visitarse el interior previa solicitud.

Mercadillo artesanal

Aparte del castillo, otro de los grandes atractivos del lugar es el Rastro de Jarandilla, situado en el camino viejo de Castellar, sobre la espectacular fortaleza medieval. Abierto todos los sábados, domingos y festivos del año, en el mercadillo de la localidad puede encontrarse artículos de artesanía, curiosas y bonitas antigüedades, productos naturales y terapias alternativas.

Asimismo, el rastrillo suele estar acompañado de exposiciones de arte, exhibiciones de halcones o espectáculos de magia. Además, pueden realizarse paseos a caballo o en coche de caballos. Por último, es imprescindible al visitar este espectacular rincón de la provincia degustar platos de la gastronomía local en el agradable restaurante instalado junto al rastro.