Vuelta de Hoja | Tres en uno, por Manuel Alcántara
La señora Merkel, con su atractivo aspecto de ama de casa decidida, aparece en el centro de la fotografía. Tanto Rajoy, que está a su derecha, como Sarkozy, que está a la izquierda, son dos caballeros y le han dejado el sitio, con mucho gusto. El aspirante a la presidencia española no ignora que la complicidad es una relación más firme y más duradera que la amistad. Se fundamenta en la conveniencia y no en el afecto puro y desinteresado. La pureza y el desinterés son vocablos que no figuran en el diccionario político, pero tanto la señora Merkel como el señor Sarkozy desean «de todo corazón», palabra que tampoco acoge ese diccionario, la victoria de Rajoy el 9-M. Lo que desea la mayoría de los españoles es que llegue esa fecha para que dejen de darnos la tabarra y unos y otros cambien de conversación y se apliquen a solucionar nuestros problemas en vez de contarnos cómo van a solucionarlos.
Actualizado:Para engrasar la vida española es necesario el empleo de esa milagrera sustancia conocida como Tres en uno, ya que chirría mucho y las llaves no están hechas a la medida de las puertas, o bien son las puertas las que no se corresponden con las llaves. La infeliz pareja formada por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón no funciona ni siquiera a la imperfección. ¿Por qué no ensayar una más amplia? Agustín de Foxá decía que el matrimonio es una cruz tan pesada que hay que llevarla entre tres.
Mientras tanto, al buen Solbes se le ha cerrado un ojo y no sabemos si le está haciendo un guiño a la economía o no quiere ver más que la mitad del futuro que se avecina. Son tiempos de lucha y de promesas incumplibles. El presidente Zapatero quizá no sepa mucho de «efectos inflacionistas», pero insiste en darle 400 euros a los autónomos. El vicepresidente económico sabe que no es posible. A ojos de buen cubero.