De la sonrisa al escándalo
La desaparición de Aquí hay tomate -el programa de sobremesa de Tele 5, que a diario presentaban Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcaide- ha causado sorpresa y estupor dentro y fuera de la profesión. No sólo porque desaparece uno de los magazines mas vistos y señeros en esa franja horaria, sino porque nadie ha explicado la verdadera razón de esta fulminante retirada.
Actualizado:Decir, como se dice, que la Pantoja ha pagado tres millones de euros para que le dejasen dormir tranquila la siesta, después de cinco años de sobresaltos y soponcios, no deja de ser una tontería. Entre otras razones porque esa tele no lo necesita, ya que cuenta con el apoyo de la publicidad y de un público fiel que, a día de hoy, se siente desorientado al saber que a partir del lunes, ni Carmen ni Jorge Javier les suministrarán su buena dosis de adrenalina.
Es posible que el secreto esté en los despachos de algunas altas instancias que no pueden soportar que se aborden determinados asuntos con el mismo desenfado que los protagonizados por ese ejército de frikies que invaden los platós de televisión. Pero, independientemente de quién haya asestado la estocada final al Tomate, lo cierto es que hace tiempo que los directivos de Tele 5 decidieron dar un giro a su programación. Un giro que comenzó con la supresión de algunos de sus buques insignia: A tu lado o Salsa rosa, y, ahora, el Tomate. ¿La razón? Márketing, puro márketing.
Son conscientes de que los productos permanecen cada vez menos tiempo en el mercado -bien sea audiovisual, cinematográfico o de belleza y moda-, que prima la ley de usar y tirar, de ahí que no duden en borrar de un plumazo un programa al que han sacado ya muchos beneficios. Apuesto doble contra sencillo a que no tardarán en programar otro de corte parecido pero de factura diferente, o muy diferente, como es el caso de La noria. Un programa de entretenimiento que no ha dudado en introducir espacios de debates políticos y sociales, con los que atraer a esa parte de la audiencia que huye de lo rosa como de la peste.
Para mí, lo más curioso es el alboroto que se ha montado en torno a este tema, lo que demuestra la hipocresía que impera en nuestra sociedad. Nadie reconoce abiertamente que ve los programas del corazón, pero todos saben lo que en ellos se cuece.
El gran acierto del Tomate ha sido su formato novedoso, que lograba atrapar al espectador de principio a fin, y sus irrespetuosos reporteros, con sus irrespetuosas preguntas. ¿Lo peor? Meter en el mismo saco a tirios y troyanos, dar cabida a gente sin escrúpulo, vividores y vividoras sin interés alguno, pero prestos siempre a calumniar, desprestigiar y mentir con tal de obtener su minuto de gloria, amén del rendimiento económico.
Y entremedias de lo mejor y lo peor, que lo que comenzó como un programa más de entretenimiento ha terminado convirtiéndose en el paradigma del escándalo por el escándalo.