CADA VEZ MÁS. Los periodistas del corazón pasan horas esperando en la puerta de la casa de los famosos dispuestos a sacar las declaraciones más jugosas. / LA VOZ
Sociedad

Ataque al corazón

La muerte súbita de 'Aquí hay tomate' abre la puerta para que las televisiones resuciten una crónica de sociedad menos agresiva y más respetuosa con el famoso

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A nadie le interesa el mundo rosa, pero seguro que sabe que Isabel Pantoja es la novia -o lo era- del ex alcalde de Marbella Julián Muñoz, que al hijo de la tonadillera le llaman Paquirrín, aunque su nombre es Kiko, y que la novia de éste se llama Tamara. Seguro que lo ha oído de pasada mientras hacía zapping en los anuncios del documental de naturaleza de TVE 2 que estaba viendo. Tranquilo, mañana se acaba Aquí hay tomate y hay quien piensa que esto es el principio del fin de la crónica rosa.

«Es curioso lo que cuesta reconocer que se ve este tipo de programas», comenta Ximo Rovira. Él conducía Tómbola en la televisión valenciana. Su programa revolucionó la forma de entender el corazón. «Crearon una escuela», apunta la tertuliana María Patiño. «De allí surgieron todos los demás espacios», recuerda el histórico Jesús Mariñas. Las broncas que se montaban eran descomunales; ahora parece normal, pero ver a un famoso sentado en medio de un corro de agresivos periodistas resultaba chocante en 1987. «Hoy hay tantos programas dedicados a lo mismo que necesitamos dosificar un poco el género», señala Rovira. «Sucede como con el fútbol, hay que llenar tantas horas de televisión que se termina hablando de las mechas de Guti o de que a un jugador se le ha desatado una bota».

El cotilleo no es un invento de este siglo. «Pero antes las cosas se hacían de otra manera», reflexiona José María Amilibia, quien en 1981 pusiera en marcha el primer programa de televisión enteramente dedicado a la actualidad de los famosos. Su nombre era Bla, bla, bla y trataba irónicamente los hasta entonces solemnes ecos de sociedad. «Yo llamaría información social a lo que hacíamos, para diferenciarlo de lo que se hace ahora. Tratábamos los temas con humor, más al estilo de Caiga quien caiga». Eran sin duda otros tiempos, todavía no existía la competencia entre televisiones -sólo había una- y los personajes eran accesibles. «Fernando Fernán Gómez estaba todos los días en el café Gijón, Sara Montiel en Oliver... Cuando vino Jack Nicholson a España cené con él en Lucio y luego nos fuimos a tomar unas copas. Ahora es impensable, ¿alguien cree que podría haberse acercado a Stallone el otro día en el Bernabéu?».

Un ejército de jefes de prensa, representantes y guardaespaldas defiende a los famosos de los reporteros y sus alcachofas. ¿Cómo se ha llegado a esa situación? «Desde luego, la persecución violenta y cabrona ha contribuido», apunta el periodista que se codeó con medio Hollywood, pero también hay un fenómeno de sustitución del personaje que ha ganado un prestigio por su trabajo hacia otro tipo de presa. «Con el tiempo, las cadenas se creyeron tan fuertes como para crear sus propios personajes y llegó la mercantilización que lo pervirtió todo». Amilibia se refiere a las personas dispuestas a denunciar al cuñado de la novia de un amigo de su vecina con tal de que haya dinero de por medio.

Demasiado cañero

La llegada del vil metal levantó la veda. «Se ha querido ser tan cañero que en algunas ocasiones se han traspasado los límites, aunque no se pretendiera», comenta Belinda Washington, que reclama penas más fuertes para quienes se pasen de la raya. Apartada desde hace 11 años del mundo del corazón, la presentadora de Qué me dices echa de menos la información fresca, divertida y respetuosa que hacía junto a Chapis. No todo el mundo entendía que se cachondearán un poco, pero nunca recibieron una denuncia. «Teníamos muy claro que no debíamos hacer a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros». Y a pesar de que no le guste el corazón que hace 'el tomate', tampoco piensa que deba hacerse leña del árbol caído. «Desde luego, será un alivio para los famosos y se asustarán menos cuando vean un micrófono, pero me fastidia el final del programa por los profesionales que trabajaban detrás de las cámaras, que se irán al paro».

Y es que la repentina retirada de Aquí hay tomate por parte de Telecinco ha abierto interrogantes sobre el protagonismo de lo rosa en las programaciones de televisión. «Por un momento, me planteé si esto seguiría funcionando», indica María Patiño. «Pero el sábado, en Donde estás corazón, conseguimos más audiencia con Tamara que La Noria con Ana Obregón».

Todo el que tuviera una mínima esperanza en que los programas del corazón fueran a desaparecer acabará desilusionado. «Son una droga demasiado dura», advierte Amilibia. «Lo que va a pasar es que volveremos a ser amigos del famoso», anuncia el veterano cronista. Una opción que refrendan los expertos del medio. Mikel Lejarza, ex director de Telecinco y director general de televisión de Antena 3, asegura que la crónica social seguirá existiendo porque al público le interesa. «Lo que se va a intentar es hacer más programas con los famosos que contra los famosos. El tomate es un programa magníficamente hecho, con un montón de ideas muy buenas, pero con un tratamiento hacia cierta gente que no era admisible», aclara. En su opinión, el futuro pasa por los formatos de actualidad, «en los que se tratarán temas de política, de economía y de deporte junto a lo social».

Estrategias de mercado

Las modas son cíclicas y al parecer volvemos a la templanza. «Telecinco, que es el paladín del corazón, ha decidido ser juez de las tendencias y se ha adelantado», opina Carlos Arnanz, director de Investigación de Mercados, Audiencias y Contenidos Audiovisuales en Corporación Multimedia. «Seguramente han visto la necesidad de un cambio por el peligro de que la imagen de la cadena se identifique demasiado con el género, aunque no descarto otro tipo de problemas que nunca conoceremos: pretensiones excesivas de los presentadores, tal vez».

Incluso hay quien no descarta que todo sea una estrategia. «Es cierto que había un cansancio en el espectador, por todo el humo que vendían. Yo me considero sensacionalista en mi trabajo y veo que han traspasado ciertos límites, pero de ahí a que lo retiren... Han sido muy inteligentes y me han vuelto a sorprender; puede que vuelvan en un par de semanas con algo muy escandaloso, en su línea», advierte Patiño.

En el futuro, aunque tal vez Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcayde no estén ahí, los cotilleos seguirán. Y usted conocerá al dedillo la vida de los famosos en las pausas publicitarias del documental de National Geographic.