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EN PRIMERA PERSONA. Javier Villanueva visitó ayer Jerez junto a su novia Carola Torres. / T. SÁNCHEZ
Jerez

Un calvario página a página

El empresario sevillano acusado de asesinato en Bolivia acudió ayer a la presentación de un libro sobre sus vivencias

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Muy pocas personas desconocen la sobrecogedora y espeluznante historia de Javier Villanueva. Para los más despistados cabe recordar que Javier Villanueva es el joven empresario sevillano que se trasladó a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) para dar rienda suelta a sus inquietudes empresariales. Sin embargo, la suerte se truncó porque en 2004 fue acusado por la justicia boliviana de participar en el atentado con un coche-bomba que costó la vida a la fiscal Mónica Von Borries. A partir de este momento la vida de Javier cambió para siempre.

Aún no hace ni un mes que pisó tierra española y Javier Villanueva visitó ayer la ciudad con la excusa de asistir a la presentación del libro Ciudadano Villanueva. Agonía de un español inocente, que ha escrito sobre él su amigo y periodista, el jerezano Salvador Gutiérrez Galván. El ex presidario explicó ayer ante los presentes que le sorprendió «el calor con el que me han recibido los jerezanos, que ha sido el mismo o mayor que en mi ciudad, Sevilla». Tanto fue así que «mientras desayunábamos en La Vega muchas mujeres se acercaron diciendo: Javier eres inocente, eres libre». Asimismo, destacó asombrado que «no sabía que la gente me iba a querer tanto. Doy las gracias a Salvador por haber contado mi historia en un libro», una obra cuyos beneficios irán destinados a la familia del ex recluso para subsanar los enormes gastos les ha generado el proceso.

También viajó hasta Jerez la novia de Javier, Carola Torres, una joven boliviana que confió en él desde el principio y no se separó de su lado durante los cuatro años que ha durado su calvario. Cada día, Carola se veía obligada a levantarse a las cuatro de la madrugada para desplazarse muchos kilómetros hasta el penal de Palmasola para llevarle la comida a Javier, porque «le previnieron que si comía algo de allí, algún día podría no levantarse», cuenta el autor del libro, Salvador Gutiérrez.

En Ciudadano Villanueva. Agonía de un español inocente se pueden descubrir las torturas, las humillaciones, la dureza y las vejaciones a las que fue sometido. «Un calvario al que se enfrentó con gran entereza» y que no habría sido posible sin el apoyo de los suyos y sin la valentía que el propio Javier demostró a la hora de denunciar las torturas. Por si fuera poco, su familia tuvo que pagar la fianza más alta jamás abonada con anterioridad en Bolivia y que ascendió a más de 62.000 dólares.

Javier es inocente, así se demostró, y por eso pudo regresar a España el pasado 14 de enero con la absolución definitiva en tres instancias que ratifican su no culpabilidad. Sin embargo, nada hará olvidar que Villanueva fue acusado sin prueba alguna en su contra y encarcelado como preso conflictivo durante un año y medio en Santa Cruz. Además, tuvo que vivir en arresto domiciliario «ilegal» -ya que hasta los policías permanecían en el mismo apartamento, que compró para esta causa- durante cinco meses, hasta marzo de 2006, cuando fue absuelto y puesto en libertad, aunque con una orden de arraigo que le impedía regresar a España. Tras meses de lucha defendiendo su inocencia, Javier continuará «con las acciones legales al Tribunal de Estrasburgo para recuperar todo lo que ha perdido en estos años», concluyó Gutiérrez.