Wariner rompe con el pasado
A seis meses de los Juegos, se ha separado de su entrenador de siempre, Clyde Hart, que dirigía su carrera con el fin de convertirlo en el hombre más rápido en los 400 metros
Actualizado:Jeremy Wariner, el campeón olímpico y mundial de los 400 metros, y su entrenador, Clyde Hart, han roto. Un cambio pretendido por el segundo en las cláusulas económicas del contrato que les une ha puesto fin a una relación de cinco años, a seis meses de los Juegos Olímpicos, y siembra de dudas las pretensiones del atleta de convertirse en el hombre más rápido del planeta en los 400 metros, superando al mítico Michael Johnson.
Hart hizo de Wariner el verano pasado el tercer hombre más rápido de la historia, gracias a los 43.45 que marcó en el Mundial de Osaka, únicamente superados por el crono mencionado de Michael Johnson y por los 43.29 de Harry Reynolds en el 88. No está mal ser el tercero del mundo con 24 años si se tiene en cuenta que Johnson alcanzó su cima como cuatrocentista a los 31 años. Y que cuando tenía los 24 que ahora tiene Wariner sólo había corrido en un tiempo de 45.23.
El método Hart
Entrenador de campeones, Clyde Hart es un experto en el arte de la preparación. Michael Johnson, Jeremy Wariner y Sanya Richards son sus alumnos más laureados. Su método de trabajo no es como el de la mayoría de los técnicos de lograr que sus pupilos alcancen un pico de forma en un momento determinado, «sino que mis atletas sean capaces de correr rápido en todas las grandes competiciones de la temporada, no sólo en un Mundial o en unos Juegos. Si programo el trabajo para que tenga un pico de forma un día concreto significa que no podrá correr rápido en otras pruebas».
Otra de las costumbres de Clyde Hart es que sus pupilos comiencen la temporada más tarde que el resto de los atletas de elite. Wariner estaba acostumbrado a entrar en competición en las pequeñas reuniones universitarias de finales de marzo. Fiel a trabajar en Texas, en abril solía sufrir otro parón porque en esa época las condiciones meteorológicas allí son extremas y se puede pasar del calor al frío en pocas horas. El primer cambio es que Wariner se irá en febrero a Australia.
En la despedida, anunciada por el propio Hart, no se quiso pronunciar sobre la posibilidad de que Wariner supere el récord del mundo. «Pensaba que lo podía haber batido la temporada pasada», dijo. Wariner -no tiene ningún rival en activo y su carrera va contra los mitos- marcó un tiempo el año pasado de 43.45, a 27 centésimas de segundo del récord del estadounidense Michael Johnson (43.18).