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VERSIÓN. El propio Diego afirma que lo relatado por la Policía es del todo incierto. / TAMARA SÁNCHEZ
sanlúcar

«El policía me tiró de la moto y me dio un puñetazo sin mediar palabra»

El menor de 13 años acusado de arrollar a dos agentes en Sanlúcar asegura que uno de ellos se le echó encima y le agredió, provocándole una herida en la ceja Los padres del chico han denunciado los hechos en la Comisaría

ALMUDENA DOÑA
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El menor acusado de arrollar ayer a dos agentes municipales mientras circulaba con su moto por Sanlúcar, ha querido aportar una versión de los hechos que difiere mucho de lo relatado por las fuentes policiales. En compañía de sus padres, el joven de 13 años ha relatado a LA VOZ cómo mientras transitaba con la motocicleta de su madre en compañía de un amigo, de repente se percató de que la Policía los perseguía.

«Crucé la calle y vi a dos policías locales, pero seguimos para adelante. Luego torcí a la derecha y de repente vi a uno corriendo por en medio de los coches y se me tiró encima. Me caí de la moto y cuando fui a abrir los ojos uno de ellos me tenía cogido y el otro me dio un puñetazo sin mediar palabra». El chico, que presenta varios puntos de sutura en la ceja izquierda como consecuencia de la presunta agresión, afirma que el agente comenzó entonces a insultarlo y le prohibió terminantemente que realizara una llamada a su padre desde el teléfono móvil.

Miguel Ángel Gálvez y Mercedes Ponce son los progenitores de Diego, el menor implicado, y han mostrado su sorpresa y estupor no sólo por estos hechos en sí, sino por todo lo que aconteció después. «Yo puedo ser responsable de lo que haga mi hijo -apunta Mercedes-. Que cogió mi moto sin permiso, que no llevaba casco, sí. Pero lo que no entiendo es que le peguen y encima le dejen dos horas sin asistencia y no nos avisen». Según ellos, a pesar de que el 061 se desplazó al lugar del accidente, su hijo no fue curado en modo alguno, y los sanitarios se hicieron eco de la versión de la Policía sin contrastar nada más.

«La Policía dijo que el niño se hizo la brecha al darse con una pared cuando se cayó de la moto, pero allí no había pared alguna, sólo una carretera con un charco de sangre. Luego se lo llevaron a la Comisaría y no nos avisaron hasta dos horas después. Cuando yo llegué, mi hijo seguía allí solo y con la cabeza sangrando, y me lo tuve que llevar al hospital».

Cuando los padres regresaron a interponer la correspondiente denuncia, se enteraron de que los agentes habían denunciado a su vez al menor por fuga y atropello de dos funcionarios. «Es verdad que iba sin permiso, y pagaré por eso lo que tenga que pagar, pero que nadie le dé un puñetazo a un niño. Hoy día, ni una madre puede pegarle a su hijo una bofetada en la calle porque la denuncian, mucho menos un desconocido».

Miguel Ángel, por su parte, ha lamentado «el trato que recibió Diego», pidiendo que se haga justicia con lo ocurrido y que «la Policía también tenga educación y no hable como no tiene que hablar a los niños».

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