Jerez

La difícil tarea de conjugar ocio, descanso y negocio en la Motorada

Los cambios políticos experimentados en Jerez en los últimos años se han dejado notar sobremanera en la Motorada, uno de los acontecimientos lúdicos de mayor impacto económico del calendario local. La alcaldesa de la ciudad, la socialista Pilar Sánchez, está transformando por completo un evento que había nacido y crecido bajo la protección e impulso del ex alcalde Pedro Pacheco. La primera decisión de calado que adoptó la regidora fue la supresión de la llamada gymkhana motera, una exhibición por parte de los aficionados que se celebraba en la avenida Álvaro Domecq con gran asistencia de público y moteros. El espectáculo, eso sí, se cobró a lo largo de los años varias víctimas como consecuencia de brutales choques entre las motos participantes.

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Sánchez decidió también acabar de raíz con las molestias que venían denunciando muchos vecinos cuando llegaba el fin de semana de la Motorada. Lo hizo blindando el centro de la ciudad y buena parte de las calles adyacentes donde, como sucedía en la avenida de México o en Álvaro Domecq, se llevaban a cabo grandes concentraciones hasta altas horas de la madrugada. Esta medida, sin embargo, provocó un aluvión de quejas por parte de los hosteleros, que este año han propuesto que el cierre sólo sea efectivo desde las 16 horas con objeto de que sus negocios no se vean perjudicados. El Ayuntamiento, al parecer, ve con buenos ojos esta propuesta que, junto con la celebración de Motojerez, terminaría de encajar las piezas del complicado puzzle del ocio, el descanso y el negocio.