Los muros de la discordia
La prohibición de sumar locales comerciales adyacentes impide la llegada al centro histórico de las grandes firmas
Actualizado: GuardarQue el pez pequeño se beneficie del pez grande. Éste es el objetivo que persigue la asociación de comerciantes del casco histórico, Puertocentro, con la puesta en marcha de un proyecto que atraiga a grandes firmas comerciales y, por lo tanto, llene las calles del centro de compradores potenciales.
Conscientes de la importancia que tienen las grandes franquicias a la hora de dinamizar la vida comercial, el presidente de la asociación de negocios tradicionales, Miguel Álvarez, se ha reunido con la teniente de alcalde de Urbanismo, Patricia Ybarra, para pedirle que «se modifique la normativa urbanística que impide la agregación de varios locales comerciales», es decir, que impide la ampliación de un pequeño comercio mediante la compra de un local adyacente y que provoca que los muros sean inamovibles en el centro portuense.
Según Miguel Álvarez, «éste es el motivo principal por el que ninguna firma ha decidido establecerse aún en el casco histórico». La asociación de comerciantes señala que, según varios estudios, «una franquicia de moda necesita una superficie mínima de 300 metros cuadrados y ningún local por sí mismo ofrece este espacio en el casco histórico».
Todas las asociaciones de comerciantes coinciden en la necesidad de atraer grandes firmas para luchar contra los centros comerciales de la periferia. No en vano, los portuenses admiten realizar la mayoría de sus compras en las grandes superficies que han proliferado en el municipio durante la última década.
Según el último estudio realizado por el Ayuntamiento, la mayoría de los usuarios prefieren las grandes superficies, ya que «poseen una oferta más variada que los pequeños comercios, además de facilidades de pago y devolución». Por el contrario, los usuarios creen que «las tiendas pequeñas tienen un mejor precio que las grandes superficies».
En definitiva, el pequeño comercio clama para que se «modifique esta ley lo antes posible, puesto que supondría un beneficio para toda la sociedad».
Sin embargo, la solución no es tan simple. El Área de Urbanismo ha informado de que la única forma de cambiar esta normativa es modificando el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (PEPCH), que forma parte del Plan General de Urbanismo que está pendiente de aprobación y que aún puede tardar varios años.
De momento, el equipo de Gobierno ha segregado ambos planes para agilizar los trámites. Una vez redactado y aprobado, la adhesión de varios locales comerciales será una opción viable.
Aun así, la concejal de Urbanismo ha señalado que «este plan especial del casco histórico no estará terminado hasta dentro de un año y medio». Por tanto, las grandes firmas tendrán que seguir esperando.
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