El joven agredido espera abandonar el hospital el jueves, «si todo va bien»
Los jugadores del Conil Club de Fútbol llegan en masa hasta la quinta planta del Hospital Puerta del Mar, donde continúa ingresado su compañero Juan R., de 16 años. Besos y abrazos por doquier. Y si no fuera por las alpargatas blancas, sería difícil distinguir a Juan del resto de su equipo. Las pantuflas... y esa brecha en la cabeza, producida por la agresión con un bastón de golf que sufrió el domingo en el campo del Fontanal, en Chiclana. «Si sigo así me darán el alta mañana, y podré dejar el hospital el jueves», cuenta Juan, que recupera la sonrisa.
Actualizado:La incursión de cerca de 20 jóvenes en la cancha de juego durante el partido, cargados de bates, palos y cadenas, reabre el debate sobre las medidas de seguridad necesarias en los campos de fútbol.
El presidente del Conil, Pedro Pérez Seijo, cree que haber tenido a la policía cerca, «habría evitado parte de los daños». También que la solución para frenar nuevas agresiones en el campo pasa por «pedir a la Federación la presencia por ley de policías, seguridad públicas o privadas, en los partidos». Al menos a partir de la categoría de juveniles, donde juegan chavales que como Juan, tienen entre 14 y 16 años, según dice.
El preparador físico del equipo, Manuel Robles, asegura que en los 14 años que lleva entrenando estas categorías, «jamás» ha vivido un ataque «de tanta gravedad». Una agresión sobre la que no tiene duda que fue premeditada. «Llegaron al campo con la intención de hacer daño», afirma.
La Federación Española de Fútbol recuerda que el reglamento oficial no obliga a que la Policía esté presente en los partidos. «Es la Administración provincial o local, según el caso, la que debe decidir si un encuentro necesita contar con los agentes», explica Jorge Carretero, portavoz de la Federación. Y no hay diferencia: lo mismo vale para un encuentro entre el Sevilla y el Real Madrid, que para un partido con los juveniles del Conil. Entre los factores que según Carretero hay que sopesar para pedir Policía están la rivalidad entre los equipos y la magnitud del evento.
Asegura que el epicentro de la agresión hay que buscarlo en la sociedad. «La violencia en el campo de fútbol es sólo un reflejo de lo que pasa fuera. Cada vez somos más agresivos; también más permisivos con ciertas conductas. El fútbol proporciona el escenario ideal para que algunos individuos agresivos se atrevan a hacer en grupo aquello que no son capaces de hacer por sí solos», concluye.
Por su parte, el presidente de la Federación Gaditana de Fútbol ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno la reunión de la Comisión Antiviolencia.
Los 22 chavales del Conil vuelven hoy a entrenar. El sábado juegan contra La Salle de Puerto Real en el campo de El Colorado, de su localidad. Es su forma de hacer frente a los agresores. Deporte como lenguaje contra violencia.