Un encapuchado atraca a punta de pistola la sucursal de Cajasol de la avenida de La Marina
Según confirmaron fuentes de la Policía Nacional, pasadas las ocho y media de la mañana un hombre entró en la entidad bancaria y sustrajo un botín de 9.000 euros
Actualizado:Un individuo encapuchado atracó ayer, a primera hora de la mañana, la sucursal de Cajasol ubicada en el edificio Vistamar de la avenida de La Marina. Según comentaron a LA VOZ fuentes de la Policía Nacional y trabajadores de la propia entidad bancaria, los hechos sucedieron pasadas las ocho y media de la mañana cuando la oficina de la entidad bancaria acababa de abrir sus puertas al público.
El atracador, que llevaba el rostro cubierto por un pasamontañas y una mochila, entró a punta de pistola en el banco y encañonó con ella a uno de los tres empleados que se encontraban en aquel momento en las instalaciones hasta que obtuvo la cantidad de 9000 euros.
Según los trabajadores de Cajasol, los hechos se produjeron con gran rapidez, de forma que les fue imposible identificar ningún rasgo físico del atracador, que huyó velozmente. Algunos testigos de lo ocurrido apuntan a que probablemente lo hizo en la motocicleta de un cómplice que le esperaba en las inmediaciones de la sucursal, aunque estos datos no han sido confirmados por la Policía Nacional, que se personó en la entidad a los pocos minutos de huir el atracador para tomar huellas y declaraciones a empleados y testigos.
Una zona tranquila
El incidente de esta mañana vino a perturbar la tranquilidad una apacible zona de veraneo, poco transitada en estas fechas del año.
Pese a lo ocurrido, los vecinos del lugar no se sienten especialmente inseguros. «Es cierto que lo ocurrido nos ha alborotado un poco, pero no creo que los atracadores sean de aquí, así que no nos asusta demasiado», comenta Juan José Lobato, propietario del bar Los Príncipes, cercano a la entidad atracada.
«Esto ha sido tan sólo una anécdota porque aquí nunca pasa nada, aunque hace algunos meses también robaron en otra entidad bancaria del pueblo, pero esa vez en el centro», concluye Ángeles Revuelta, propietaria de una farmacia en las inmediaciones.