CERCO. La Policía acordonó el colegio con blindados. / AP
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La tensión vuelve a apoderarse de Pakistán con el secuestro de 250 niños en un colegio

Los líderes tribales lograron liberar a los pequeños escolares a cambio de que la Policía dejara huir a los que había sido sus captores

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Pakistán vivió ayer una jornada de tensión tras el secuestro de 250 niños en un colegio de la localidad de Bannu, en la provincia del noroeste del país asiático, cerca de la frontera con Afganistán. Siete hombres armados con granadas y lanzacohetes irrumpieron por la mañana en el centro escolar y retuvieron como rehenes a los pequeños, de entre 8 y 12 años, y a sus profesores.

Tras una negociación de varias horas entre los secuestradores y la jirga local -asamblea de ancianos-, finalmente los colegiales fueron puestos en libertad. «La Policía rodeaba el edificio, pero respetó el acuerdo alcanzado y dejó marchar a los responsables del secuestro», informó el ministro del Interior paquistaní, Hamed Nawaz. Además de los miembros de los cuerpos de seguridad, también se podía ver a los padres desesperados de los pequeños en las escasas imágenes ofrecidas por las televisiones locales.

Según fuentes policiales, los hombres armados intentaron antes secuestrar a un médico en una ciudad vecina, pero fueron sorprendidos y en su frenética huida «entraron al colegio en busca de refugio».

El presidente, Pervez Musharraf, siguió desde Londres lo que calificó de «acción desesperada de los terroristas ante los avances del Ejército en la zona. La situación se ha solucionado de forma pacífica y los niños han quedado libres». Diferentes medios locales, sin embargo, destacaron que los secuestradores eran simples delincuentes comunes y que nada tenían que ver con extremistas.

Provincia en guerra

La situación en las áreas tribales de Pakistán -Bannu hace frontera con Waziristán del norte, el santuario de Al Qaeda, según los servicios de inteligencia estadounidenses- es de guerra abierta desde el pasado julio. El Gobierno mantiene desplegados a 90.000 soldados en su campaña de lucha contra el terrorismo y el acceso está totalmente cerrado tanto a los medios informativos locales como a los extranjeros. La única información que llega es la que ofrecen las Fuerzas Armadas o el Ministerio de Interior.

En el último mes, según datos oficiales, 150 militantes y 20 soldados han muerto en los combates que se han producido en el distrito de Waziristán sur. En el vecino del norte, dos militares y tres policías perdieron la vida el pasado domingo en un ataque.