DETRÁS DEL MOSTRADOR

Once años de lealtad

La Canilla es un bar pequeñito pero con amplia clientela que cada día pasa a tomarse la copa. Pepe Barro lleva cuatro años de encargado del establecimiento. «Fue el primer bar que se estableció después de haberse cerrado La Venencia», comenta. Ahora ya forma parte de la familia jerezana, de la calle y de la fisonomía de la ciudad. «Desde un comienzo, todo ha ido de dulce en el bar. Ya llevamos once años y no hemos parado de servir copas, gracias a Dios», comenta Pepe.

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La Canilla es un lugar con sus peculiaridades. Todavía conserva la figura del limpia botas, y, como afirma Pepe, «no se escucha otra cosa que no sea flamenco de Jerez. Siempre hemos tenido claro que somos de aquí». Los desayunos no paran por la mañana de servirse bien en la pequeño mostrador bien en las mesas que cohabitan con la calle.