EXPLOTACIÓN. Dos pequeños durante una campaña de recolección agraria. / LA VOZ. ARCHIVO
ESPAÑA

Los padres y tutores son los principales explotadores de menores en España

Entre 2002 y 2006 Policía y Guardia Civil registraron 2.749 casos La mitad de las víctimas contabilizadas en estos cuatro años son nacionales, según los datos expuestos en las jornadas organizadas por Save the Children sobre tráfico y trata de menores

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La trata de menores, entendida como explotación infantil de cualquier tipo, laboral, sexual u otras, tiene en España un perfil propio. Como en otros países ricos, el abuso no viene tanto de redes y mafias organizadas como del propio entorno familiar. Los casos más frecuentes detectados por las fuerzas de seguridad son los de padres y tutores que pervierten su función y convierten a los menores en máquinas de hacer dinero, con su cuerpo, mendigando o con trabajos impropios de su edad. Entre los años 2002 y 2006 Policía y Guardia Civil registraron 2.749 casos de explotación de menores; de ellos, casi la mitad, 1.273 eran españoles y el resto, casi todos rumanos. Son datos expuestos este lunes en las jornadas sobre tráfico y trata de menores organizadas por Save the Children. Datos incompletos de estadísticas parciales -no todas las actuaciones policiales acaban en condenas-, proporcionadas por la Guardia Civil, Policía Nacional y Ertzaintza que tampoco revelan la verdadera magnitud de un fenómeno delictivo y, por tanto oculto. Pese a ello, sirven de indicador.

Actuaciones

En los últimos cinco años, las fuerzas de seguridad contabilizaron un total de 11.810 delitos relacionados con la trata de seres humanos (algo más del 23% eran menores), un 0,30% del total de las actuaciones policiales. De ellos, más de 40% tenían que ver con la explotación laboral, algo más del 25% eran de tráfico sexual, y un 8% por explotación de la mendicidad. En el mapa de este tipo de delitos destacan todo el arco mediterráneo y Andalucía, y «suelen solaparse con otras modalidades de delincuencia», relató José Luis González Álvarez, psicólogo de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil. Organizaciones como Save the Children barajan, sin embargo, cifras muy superiores y hablan de entre 40.000 y 50.000 mujeres y niñas víctimas de trata para explotación sexual.

Las redes de tráfico y trata de seres humanos para explotación laboral y sexual que operan en España a veces captan a menores, pero suelen ser casos aislados y ocasionales. «Ocurre relativamente poco. Aquí los casos más frecuentes son los de padres y tutores», precisó Sandra Garrido, del Servicio de Atención a la Familia de la Policía Nacional. La trata de seres humanos no está recogida en un único tipo en el Código Penal, lo que a veces complica su persecución legal, aunque las conductas delictivas relacionadas con la explotación laboral, la mendicidad forzosa o el comercio sexual quedan recogidas en distintos artículos. España tampoco ha ratificado los convenios europeos contra esta lacra y organizaciones como Save the Children reclamaron ayer su adhesión.

Tercer comercio ilegal

La trata de seres humanos es el tercer negocio criminal mundial, sólo superado por el tráfico de drogas y el de armas. Mueve unos 40.000 millones de dólares al año; de ellos, más de la mitad correspondería al tráfico laboral o sexual de menores. Según estimaciones de organismos internacionales, cada día 3.200 niños y niñas -1,2 millones al cabo del año- se dejan la infancia explotados como esclavos, mendigos, obligados a prostituirse, captados por redes de pederastas o como carne de cañón del tráfico de órganos. Ningún continente, ningún país está libre de la trata de menores, pero el fenómeno adquiere proporciones insufribles en el sudeste asiático, África y América Latina. El Convenio contra la Trata de seres humanos del Consejo de Europa, que España no ha rubricado, insta a la persecución de todas sus modalidades, tanto en los países de origen, de tránsito como de destino, esté relacionada o no con el crimen organizado, y se aplica a todas las víctimas.