Lo bio, a toda máquina
Bruselas ha tenido que anunciar un endurecimiento de los requisitos para la comercialización de biocarburantes en la Unión Europea. Se trata de condicionantes de carácter ambiental. En el fondo, late la defensa de las producciones propias frente a grandes productores como Estados Unidos o Brasil. Los fuertes subsidios percibidos por el biodiesel estadounidense están generando importantes trastornos a las plantas productoras europeas, en particular a las veintidós ubicadas en España.
Actualizado:La normativa de Estados Unidos para el desarrollo y comercialización de organismos genéticamente modificados es más liberal que la europea. Esto ha generado problemas comerciales y ha impedido la resolución de problemas técnico-económicos y ambientales de nuestra producción agraria. Bastante más complejo, al menos desde un punto de vista sociocultural, es la implantación de los alimentos obtenidos por animales clonados. La Agencia Alimentaria Americana ha dado el visto bueno a su comercialización, aunque ha pedido a los operadores que mantengan una moratoria de facto. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha llegado a una conclusión similar a la de su homóloga de ultramar. Estos es, que los alimentos que se obtengan a partir de animales clonados afectan a la salud humana en la misma medida que los convencionales. El objetivo de la Unión Europea es simplificar los procedimientos de autorización para que no suceda lo mismo que con los vilipendiados OGMs. El Comité de Bioética Europeo no se ha opuesto, pero ha puesto en duda la justificación ética. Hay que recordar que muchos vegetales se clonan de forma natural. El hombre lleva siglos haciéndolo, incluso con plantas que no se reproducen por clonación, algo más sencillo que la de animales. ¿Dónde se pone el límite bioético? ¿En clonar seres vivos? ¿En las similitudes con la especie humana de los seres clonados? Preguntas aparentemente alejadas del análisis agrario, cuyas respuestas van a condicionar el futuro del sector. En cualquier caso, un modelo todavía antieconómico.
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