Jerez

El efecto que tienen las decisiones del BCE sobre el coste de los préstamos

El presidente del Banco Central Europeo aún defiende unos tipos altos, lo que empuja al Euríbor hacia arriba y encarece las cuotas de los créditos hipotecarios

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Jean-Claude Trichet. Todas las familias con una hipoteca a sus espaldas deberían saber a quién pertenece este nombre y lo que supone para su economía. Como el César que perdonaba o condenaba vidas en función del sentido que siguiera su pulgar, Trichet decide cada mes sobre el grado de sufrimiento de los hogares europeos. No estará nunca en ninguna lista de los hombres más ricos o famosos del mundo, pero su palabra resta (o suma) miles de millones de euros a la economía continental porque de él depende lo que hay que pagar por las hipotecas al final de cada mes.

Es el presidente del Banco Central Europeo (BCE), el organismo que fija los tipos de interés que deben aplicar las entidades financieras en el área de influencia del euro como moneda. Luego, esa tasa se transmite al Euríbor a doce meses, que es el índice en el que se basan más del 90% de las hipotecas españolas y gaditanas para calcular el interés real que se aplica.

La razón de que el Euríbor (en diciembre en el 4,6%) y el tipo de interés real (en el 4%) nunca coincidan está en el mismo nombre completo del Euríbor: a doce meses. Es decir, el índice indica el precio al que en teoría estará el dinero dentro de un año.

Y aquí es cuando vuelve a aparecer la importancia de Trichet en todo el proceso. El Euríbor es el interés medio al que se prestan los 60 bancos más importantes de Europa con vistas a lo que sucederá en un año y cambia a diario. Al final de cada mes, se hace la media mensual y el Banco de España la certifica como cifra oficial para ese periodo. Como quiera que el BCE lleva meses amenazando con subir el precio del dinero por encima del 4%, el indicador ha contestado con tasas más cercanas al 5% que a ese 4% verdadero.

¿Por qué sucede eso? El BCE se reúne los primeros jueves de cada mes y, al término de cada reunión, Trichet expone a la prensa las razones que le han llevado a mantener, reducir o subir los tipos.

Inflación o crecimiento

Por regla general, no hay demasiados movimientos del tipo a lo largo del año. Otra cosa son las intenciones. Trichet lleva sugiriendo que elevará los tipos desde hace meses, de ahí que el Euríbor esté por las nubes.

Sin embargo, en las últimas semanas el Euríbor se ha relajado y en el cambio diario de estas fechas pasadas ha rondado el 4,3%. La explicación viene porque los bancos, que son los que lo manejan indirectamente al prestarse el dinero a más o menor interés, percibieron que el BCE podría bajar los tipos en breve como consecuencia del desplome de las bolsas y porque el homólogo del BCE en Estados Unidos, la FED, bajó de una sola vez los tipos de su zona en tres cuartos de punto.

Pero nada. Trichet filtró enseguida que las cosas no están tan claras. Aunque maneja muchos factores, la principal preocupación del BCE es mantener la inflación a raya. Y unos tipos bajos suelen empujar el IPC hacia arriba (hay más consumo y los precios crecen para aprovecharse del exceso de demanda, por no hablar de los efectos de los récord en el precio del barril de petróleo). Lo malo es que unos tipos altos también dañan el consumo, y un consumo bajo se traduce en un crecimiento bajo. Con la que está cayendo en las bolsas, las economías europeas no están para muchas alegrías. De ahí la presión que está recibiendo el BCE para que relaje los tipos.

¿Hacia dónde girará su pulgar Trichet? Hasta ahora siempre le ha preocupado más la inflación que cualquier cosa (es decir, defiende tipos altos). Hasta ahora. Porque nunca antes desde que llegó al puesto se había encontrado con una situación tan delicada. El próximo 7 de febrero, Jean-Claude Trichet vuelve a hablar.