El senador de Illinois, Barack Obama, junto a su esposa celebra la victoria arrolladora en carolina del Sur. /REUTERS
PRIMARIAS EN EEUU

Los jóvenes de Carolina del Sur aúpan a Obama en su segunda victoria

El senador de Illinois consigue el 54% de los votos frente el 27% de la ex primera dama y el 18% de John Edwards, que fracasa en su estado natal

COLUMBIA (CAROLINA DEL SUR) Actualizado: Guardar
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Triunfó el espíritu de Iowa que tanto necesitaba desesperadamente Barack Obama para demostrar que su victoria en aquellos oscuros 'caucus' no había sido una anécdota. Carolina del Sur, el primer estado sureño que se pronuncia en estas primarias, le dio una arrolladora victoria aupada no sólo por el voto de sus hermanos de color, sino por la fuerza de la juventud a la que ha contagiado su entusiasmo idealista.

La ventaja de Obama sobre su rival más cercana, Hillary Clinton, era tan clara (55% - 27%) que apenas cerraron las urnas todas las televisiones de EEUU le coronaron como ganador. La pista más clara de que la derrota sería demoledora es que Clinton se había marchado a primera hora de la ciudad en dirección a Missouri, otro de los estados por los que apuesta de cara al 'supermartes' por su influencia en Illinois.

No se había dado una victoria más temprana en toda la campaña. A medida que se extendió la noticia, la euforia corrió por las venas de Columbia y miles de jóvenes se echaron a las calles en dirección al Centro de Convenciones donde el candidato de color había convocado a sus seguidores.

“¡Fire up, ready to go!” (¡Encendidos, listos para marchar!), coreaban los enfervorecidos jóvenes que arroparon a Obama en su cierre de campaña y no quisieron perderse ayer la celebración. Entre ellos también había algún adulto contagiado por la pasión colectiva, como George Palmer, de 66 años, un republicano que por primera vez en su vida había votado por un demócrata. “Este tío es honesto, me creo todo lo que dice. Yo tenía mis problemas raciales, pero ya los he superado. Los jóvenes lo van a hacer presidente porque los hemos educado para que no vean colores, sino personas”.

Desde Iowa, donde Obama consiguiera una sorpresiva victoria que hizo realidad los sueños de muchos, el candidato de color no se había visto tan rodeado de jóvenes. Hacía sólo tres semanas de Iowa, pero en la mente de muchos había quedado tan lejos que de no haber ganado esta batalla, la última antes del 'supermartes', donde votarán a la vez 22 estados, muchos hubieran pensado que su éxito fue un espejismo.

Edwards, doblemente derrotado

Los seguidores de Clinton mantenían la esperanza de que se repitiera el milagro de New Hampshire, cuando la ex primera dama ganó contra todo pronóstico. Entonces la salvaron las lágrimas de cocodrilo. Ayer la perdieron los mordiscos de su perro de presa. El 68% de los votantes blancos, que en este estado formaban la base de Clinton, opinaron en las encuestas a pie de urna que Bill Clinton había atacado injustamente a Obama. La cifra subía incluso al 74% en el caso de los afroamericanos, que suponen la mitad de los votantes demócratas.

Como consecuencia, en los últimos días la senadora de Nueva York vio cómo los indecisos engrosaban la candidatura de John Edwards, el único hombre blanco de la contienda. El ex senador acaparó el 18% de los votos. Edwards confiaba en su estado natal de Carolina del Sur para sacarle del oscurantismo en que le había dejado New Hampshire y Nevada, y aunque no ha conseguido repetir el segundo puesto de Iowa promete que no se retirará. Su presencia daña especialmente a Clinton, que tiene que repartir con él el voto blanco de quienes no han superado los complejos raciales.