Los enfrentamientos entre grupos chiíes y el Ejército dejan siete muertos en Beirut

La violencia sigue instalada en las calles del Líbano. Tres días después del asesinato con coche bomba de uno de los jefes de la inteligencia, los disturbios se han desatado en la capital entre el Ejército y los partidarios de la oposición. Al menos siete personas han muerto y cerca de una treintena han resultado heridas en los enfrentamientos.

Las víctimas son partidarios de la oposición libanesa que se manifestaban por la falta de suministro eléctrico cuando el Ejército comenzó a lanzar tiros al aire para dispersar la manifestación matando accidentalmente a un simpatizante de Amal. Al trascender este incidente se multiplicaron los enfrentamientos en Beirut, que han dejado otros seis muertos más, todos militantes de Amal o de Hezbolá, y varias decenas de heridos.

Un soldado también ha resultado herido por las piedras lanzadas por los manifestantes en la región de Mar Majaeil, en el sur de la capital. Allí los vecinos han levantado barricadas de ruedas incendiadas en las calles y también han bloqueado la principal carretera que une la ciudad con su aeropuerto.

En una rueda de prensa, el diputado de Amal, Ali Hassan al Jalil, ha instado, en nombre de los grupos chiíes Amal y Hezbolá, a que sus partidarios se retiren de las calles y dejen el control de la seguridad al Ejército. Sin embargo, los disturbios se han propagado a otros lugares del país y grupos descontrolados siguen quemando neumáticos y mantienen barricadas en la carretera entre Sidón y Tiro (en el sur) y en la región de Baalbek (al este).

Los incidentes de hoy son los más graves registrados en la capital libanesa desde los choques del año pasado entre las formaciones pro-occidentales, en el Gobierno, y la oposición prosiria.