El partido alerta de la fortaleza de los populares
Los socialistas inciden durante su conferencia política en el mensaje de que sus opositories «son el pasado»
Actualizado: GuardarLa dirección del PSOE quiso frenar euforias y optimismos desmedidos entre los suyos y alertó de que las elecciones del 9 de marzo no están ganadas porque el PP «no es una derecha débil». El encargado de lanzar el mensaje movilizador fue Manuel Chaves durante la inauguración de la Conferencia Política que aprobará el programa de los socialistas para esos comicios. Una reunión en la que otra idea-fuerza de los oradores fue que un Gobierno de Mariano Rajoy supondría el regreso al pasado.
El presidente del PSOE reclamó a los asistentes al encuentro que no se duerman en los laureles y no se regodeen con la labor gubernamental de estos cuatro años porque ante las próximas elecciones «no podemos dar nada por ganado».
Preocupación
A 42 días de la cita con las urnas, los responsables del partido gubernamental observan con preocupación que los resultados de las encuestas muestran que su ventaja sobre el PP es ajustada y que a medida que se acercan las elecciones no crece. Los dirigentes socialistas también aprecian con inquietud una escasa movilización entre su militancia en contraposición a la de los populares. «Tienen un suelo (de votantes) de hierro», comentó un miembro del equipo electoral.
Aunque la dirección socialista dice no dudar de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, estima que ese triunfo estaría más asegurado con una alta participación ciudadana, un objetivo que requiere mensajes alejados de la complacencia. Chaves fue el encargado de dar el aldabonazo y subrayó que el PP ha cometido «errores» en la oposición, pero «no es una derecha débil» y tiene movilizados hasta «los sectores más reaccionarios de la sociedad». Para hacer frente a este reto, agregó, los socialistas tienen que «llegar a todos los lugares, a todas las personas».
El presidente del PSOE se comprometió, además, a hacer una campaña «limpia, de debate de ideas y respetuosa con todos», pero enseguida olvidó sus buenos propósitos y arremetió sin compasión contra el PP. Acusó al partido opositor de llevar «el estigma de la mentira, la falsedad y la hipocresía», pero sobre todo incidió en la idea de que los populares son el pasado y un partido cada día «más escorado a la derecha», como, dijo, se pudo apreciar en la exclusión de Ruiz-Gallardón de las listas electorales y en la paradoja de que ahora «el portavoz del centrismo es Fraga»