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RECORRIDO. El paso por la calle Mendizabal es el obstáculo para el acuerdo sobre el proyecto. / LA VOZ
Chiclana

El cuatripartito mantiene su negativa a que el tranvía pase por el centro de la localidad

Marín pide a la Junta que «reconsidere el soterramiento del trazado» aunque ya haya sido oficialmente descartado

JESÚS M. ARAGÓN
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El proyecto del tren ligero de Chiclana peligra. Esa es al menos la sensación que existe en este momento, después de las últimas declaraciones del viceconsejero de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, Luis García Garrido, que dejan bien claro que la Administración autonómica no contempla en ningún caso soterrar parte del trazado del recorrido tranviario.

La llegada del tranvía a Chiclana está de esta forma en punto muerto, dada la falta de entendimiento que el Ayuntamiento y la propia Junta han demostrado sobre el trazado propuesto.

Para la Junta su recorrido no admite discusión alguna puesto que «el proyecto planteado ha salido ya a información pública, tiene su informe de impacto medioambiental, su proyecto redactado y su correspondiente proyecto de ejecución terminado», lo que a juicio del viceconsejero del ramo hace inviable un replanteo del recorrido o cualquier otro cambio como los planteados por el Consistorio chiclanero.

A pesar de esta negativa, la postura del Gobierno municipal vuelve a ser la de «reiterar la petición a la Junta de Andalucía para que se estudie, de forma seria y rigurosa, la viabilidad de soterrar parte del tranvía a su paso por Chiclana».

El alcalde, Ernesto Marín, aseguró ayer que su Gobierno «tiene las ideas muy claras y mantendremos hasta el final nuestra posición de que es bueno para Chiclana que el tranvía no pase por el centro de la ciudad».

Y es que tras la llegada del Gobierno cuatripartito al poder, el tren-tranvía ha sido uno de los temas de mayor fricción entre Administración local y la autonómica. El equipo de Gobierno se opone al actual trazado del proyecto, que contempla un recorrido de casi 7 kilómetros entre Pelagatos y Puente Zurraque, con ocho paradas, y paso por la plaza Andalucía y la calle Mendizabal, algo que «supondría una modificación sustancial del tráfico en el centro urbano que no estamos dispuestos a admitir».

Para salvar este desencuentro el propio Marín ha planteado en varias ocasiones soterrar parte del recorrido «como ya se ha hecho en otras localidades de la Bahía, como Cádiz o Puerto Real», lo que sin tener en cuenta el incremento de costes que conllevaría, también empantanaría en el tiempo un proyecto cuyas obras en el tramo de San Fernando están a punto de adjudicarse.

Pero tras la intervención del viceconsejero de Obras Públicas no caben más elucubraciones al respecto. «El planteamiento de soterrar parte del recorrido es una cuestión que nosotros no habíamos contemplado en ningún caso. Esto requeriría profundizar en las conversaciones pero no parece razonable que un tranvía sea soterrado», zanjó García Garrido.

Futuro incierto

La negativa a la única opción planteada por el Consistorio para solventar el paso por la calle Mendizábal supone un serio revés para el futuro de esta infraestructura, que la Junta mantiene que construirá «hasta donde nos dejen».

Calificado como «proyecto muy necesario para la Bahía de Cádiz», la Administración autonómica asegura que «los ciudadanos no entenderían más retrasos en la puesta en marcha del tranvía». El Gobierno municipal justifica «las prisas por un claro interés electoral del PSOE».

chiclana@lavozdigital.es