Bernat Soria, durante su comparecencia ante los medios. / EFE
Sociedad

Los expertos acogen con excepticismo el genoma artificial

Consideran que se trata de una enorme hazaña tecnológica que carece de lo más importante: actividad biológica

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La creación del primer genoma sintético es una enorme hazaña tecnológica y un paso incipiente en la consecución de nuevas formas de vida, pero la nueva molécula artificial carece aún de lo más importante: actividad biológica.

Así opinaron ayer los investigadores consultados por EFE sobre el hallazgo del equipo del Instituto Craig Venter en Rockville (EE UU), que ha creado con elementos químicos el mayor genoma artificial completo de un ser vivo, el de la bacteria Mycoplasma genitalium.

Según el catedrático de Genética de la Universidad Complutense, Juan Ramón Lacadena, el hallazgo supone un paso más en la creación de nuevas formas de vida en beneficio de la humanidad, pero también podría ser usado para crear armas biológicas.

La síntesis de ADN completo camina hacia la creación de vida artificial, pero todavía falta algo importante, que es lograr que la maquinaria de una célula con un genoma artificial pueda producir las proteínas necesarias para su supervivencia.

«Es como haber conseguido la información del disco duro para un ordenador, pero falta que éste funcione correctamente», añadió.

Nuevas vías terapéuticas

Para Lacadena, el hallazgo supondrá sobre todo aplicaciones en la industria biotecnológica para lograr nuevas vías terapéuticas, pero crear un organismo superior -como un mamífero- es algo que se antoja «más difícil de lograr, por no decir imposible», con los conocimientos actuales.

Para Luis Enjuanes, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), se trata de una demostración de una gran tecnología para clonar un genoma muy grande (más de 500.000 pares de bases).

Conseguirlo desde un punto de vista técnico es difícil, pero no es la primera vez que, utilizando otras tecnologías, se había clonado el genoma de una bacteria de este tamaño, explicó Enjuanes.

«Siendo un trabajo muy loable, han acabado con una molécula en la que aún no han podido demostrar actividad biológica», indicó Enjuanes, para quien se trata de un proyecto «que está muy al principio, pero este grupo investigador se vende muy bien».

En esta misma línea, Marcelo Palacios, fundador de la Sociedad Internacional de Bioética, señaló que falta mucho tiempo para avanzar en esta dirección, porque los organismos son más complejos que una bacteria.

En declaraciones, el ex presidente del CSIC César Nombela aseguró que el hallazgo abre la posibilidad de recrear, en un año o dos, otros organismos y modificarlos para hacerlos más aptos para usos farmacológicos o energéticos, como crear organismos más eficientes en la producción de insulina, proteínas o hidrógeno.

Matizó que al experimento de Venter aún le falta introducir el material genético creado en una nueva célula en la que desplace su cromosoma para saber si funciona.

Pero lo valora como un paso más en los trabajos de ingeniería genética que comenzaron en 1974 al permitir cambiar algún gen de organismos vivos.

Por último, el director general de la Fundación Genoma España, José Luis Jorcano, señaló que se trata de un avance relevante para desarrollar organismos que ayuden a combatir el efecto invernadero o para generar nuevos biocombustibles.