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El buitre leonado remonta el vuelo
Veinticinco aves carroñeras serán reintroducidos en su hábitat natural por técnicos del Centro de Recuperación
Actualizado: GuardarJuan Carlos Capuz lleva cerca de quince años al cuidado de las especies amenazadas. Ha visto de todo, animales que colisionan contra tendidos eléctricos, aves que pierden el sentido de la orientación debido a traumatismos severos o desnutridas por la destrucción de su hábitat. Para un veterinario como Capuz, el máster más avanzado ha consistido en trabajar en el Centro de Recuperación de especies amenazadas (CREA).
Este complejo es el sinónimo de la Unidad de Cuidados Intensivos para los seres humanos. Toda aquella especie animal que se encuentre dentro del rango de protección integral y haya sufrido algún accidente pasa por las manos de este científico. Y trabajo no le falta ya que la destrucción del hábitat de las especies protegidas, así como la masiva migración de aves por esta latitud del continente europeo, pone en contacto a este veterinario con todo tipo de especies amenazadas.
En estos últimos meses la estrella del centro es el buitre leonado, un animal que habita, entre otras partes, en la sierra de Grazalema. Los meses de octubre, noviembre y diciembre, estas aves suelen presentar un alto número de incidencias por las migraciones que realizan y este año no ha sido una excepción. Más de 25 conviven en una de las espaciosas celdas de este centro, mientras esperan recobrar la libertad.
Desnutrición y anemia
La mayoría de estos carroñeros llegaron con síntomas de desnutrición, agotamiento e incluso una anemia incipiente, tras realizar cientos de kilómetros debido a la rutas migratorias. Sin embargo, las expertas manos de los tres cuidadores del centro de recuperación, que velan de estos ejemplares de forma personalizada, les permitió tener una sanación casi milagrosa. «El secreto consiste en hidratarlos, darles una rica dieta en carroña y dejarlos descansar. Al cabo de un mes, están en disposición de volver a su hábitat».
Los buitres no son conscientes de ello, pero en el plazo de una semana, estos 25 ejemplares serán reintroducidos en su hábitat natural. Se liberarán en uno de los muladares del Picacho, uno de los picos más altos de Cádiz.
El próximo miércoles, un gran convoy escoltará a estos pájaros hasta el lugar indicado. Una vez allí, los pondrán en libertad para que estiren sus anquilosadas alas y remonten el vuelo, para volver a coronar los picos de la sierra de Grazalema o vuelen a su origen.