Cartas

Minimizar barreras

Los discapacitados físicos luchamos por minimizar las barreras con el fin de mejorar, en la medida de lo posible, nuestra autonomía en el desarrollo de la vida diaria. Sin embargo, resulta muy complicado, ya que en muchas ocasiones las ayudas, espacios y elementos que deberían facilitarnos esta autonomía no están hechos pensando en nosotros, sino quizás solamente en cumplir la normativa que le exigen a los establecimientos tras realizar una reforma. Mi queja, concretamente, está relacionada con la oficina de Unicaja situada en Avenida Guadalquivir, 25 (Cádiz), que es la que comúnmente frecuento por cercanía a mi domicilio. Ésta cuenta con un elevador eléctrico para acceder tanto a los cajeros como a la oficina. Para poder usar el elevador es necesario entrar en la oficina (subiendo los escalones), y pedir allí una llave para hacerlo funcionar.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La persona discapacitada debe decirle a alguien que pida la llave en su nombre, con lo que no se fomenta su autonomía, además de la tardanza que ello conlleva, ya que en muchas ocasiones la sucursal está llena de clientes. Además, por si esto fuera poco, los fines de semana, al estar cerradas las oficinas, el elevador no funciona. Supongo que así evitan su mal uso, pero ¿no hubiera sido más fácil, eficaz y barato haber colocado una rampa conforme a las características que determina la legislación vigente?

O incluso haber dejado los cajeros a pie de calle como estaban antes de las reformas de esta oficina, o por lo menos uno de ellos. Recientemente acudí a los cajeros de otra de las sucursales de esta caja, ubicada en la Avenida Cayetano del Toro (Cádiz); es imposible que una persona discapacitada acceda a los mismos desde una silla de ruedas, por contar con dos escalones grandes y sin pasamanos. No entiendo para qué están los escalones cuando no dan acceso a nada más que a los cajeros. Para acceder a la oficina, también hay que subir dos escalones. Desconozco las razones por las cuales se decide, en la construcción o reformas de las oficinas, sobre los aspectos de accesibilidad, pero harían bien dejándose aconsejar por alguna asociación de discapacitados o por la propia Federación, que con gusto les recomendaría la mejor opción, desde la perspectiva de aquellos que tienen que lidiar día tras día con las barreras.

Rosario Selvático Domínguez Cádiz