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A Helmut le bajan los humos

Denuncian al ex canciller alemán Schmidt y a su esposa, ambos fumadores, por encender un cigarro en un acto público

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La inmensa mayoría de los alemanes coincide a la hora de valorar los pecados y virtudes de los tres ex cancilleres que aún viven (Gerhard Schröder, Helmut Schmidt y Helmut Kohl). Para ellos, el mejor de todos fue el socialdemócrata Helmut Schmidt, que gobernó entre 1974 y 1982. De él se recuerda la severidad en la aplicación de las leyes y su actitud, siempre consecuente con sus principios.

Por esta razón, y por muchas otras, el ex canciller de 89 años fue elegido no hace mucho como el alemán más cool, por encima de artistas famosos, y sigue siendo el único político que inspira respeto y admiración. Pero Helmut también es un hombre con debilidades y pasiones, un aspecto que ahora lo tiene enfrentado a la Justicia y que le puede llevar incluso a la cárcel.

¿No! El veterano político no es un delincuente común, pero es, al igual que su esposa Loki de 87 años, un fumador compulsivo; vicio que le acompaña desde su más tierna adolescencia y que a estas alturas de la vida no está dispuesto a abandonar.

Helmut Schmidt es el fumador más famoso de Alemania y el único personaje público que goza de impunidad en las entrevistas de televisión y en las mesas redondas. Nadie se atreve a decirle que deje de fumar en un plató de televisión y menos aún en los debates públicos. Pero desde el pasado 1 de enero, el ex canciller tiene un problema con la Ley. Desde ese día está prohibido fumar en lugares públicos como bares, estaciones de trenes, restaurantes, aeropuertos y teatros, un pequeño detalle legal que no parece importar a los fumadores más famosos del país: Helmut Schmidt y su esposa Loki.

Los Schmidt fueron los invitados de honor en una fiesta de Año Nuevo organizada por el teatro Komödie Winterhuder Fährhaus de Hamburgo. Para complacer a sus dos ilustres invitados, y conociendo la debilidad que la pareja siente por la nicotina, el director del teatro ordenó que se colocara un cenicero junto al ex canciller y su esposa.

El Bild publicó al día siguiente una foto en la que se veía a la pareja fumando en el interior del teatro, lo que suponía una abierta violación de las leyes vigentes. El pecado no molestó a los presentes, ni tampoco a las autoridades de la ciudad. Pero un ejemplar del periódico llegó a las manos de la Iniciativa de No Fumadores de Wiesbaden, que acusó al ex canciller y a su esposa de «lesiones corporales» y de vulnerar la ley.

La Fiscalía de Hamburgo admitió que ha abierto un sumario contra la pareja y recordó que el Código Penal establece penas de hasta 5 años de cárcel o multas para quien maltrate al prójimo.