Carnaval político

Empieza la precampaña electoral. El mundo de la política se viste de fiesta oratoria; los políticos empiezan a perfilar sus discursos, a ensayar las letras, el tono, las formas y todo de cara a los ensayos generales; después vendrá la final a bombo y platillo, donde tendrán que darlo todo. Este año el PP ha fichado a un nuevo pos-tunante, es un personaje del mundo empresarial y parece que le va bien eso de la economía, preferente mente la suya. Éste ha entrado fuerte, se ha remangado las mangas y se ha escupido las manos para darle a la espiocha, que ya no se lleva, pero él quiere revindicarla como espíritu de esfuerzo y de rompe- riñones (lumbago). Como letra de estribillo queda bien, pero yo conozco otra mejor de una chirigota antigua que decía: «Quiero ser torero/ quiero ser torero/ y las espiochas que me la tiren por el lapero». El PP lleva también una nueva letra en su repertorio, al más puro estilo comparsa del Puerto. Ésta habla del pobre Gallardón y la divina Esperanza Aguirre, una tragedia griega a la manera de Sófocles. Al PSOE se le vio el plumero, después ha rectificado y fue sincero, hay que reconocer que el terrorismo es mas bien cosa de Estado. Como decía Sócrates, nadie debiera mentir, ni los mismísimos dioses; pero si hay alguien que pudiera hacerlo serían los vigilantes del Estado y siempre en beneficio de la Patria. I U no encuentra la letra ni el tono y además se le nota algo de plagio con el PSOE: últimamente ha habido una especie de seísmo en su partido que parece que ha afectado algo su estructura política. Esperemos que en la final lo den todo y demuestren que son la Izquierda que necesitamos los currantes, sin tufillo a hedonismo aburguesado.