Demócratas y republicanos pactan un paquete fiscal para evitar la crisis y estimular la economía de EEUU

La Casa Blanca y el Congreso de EEUU, controlado por los demócratas, han alcanzado un principio de acuerdo sobre un paquete de medidas para estimular la economía estadounidense y evitar la recesión temida por los expertos. El pacto incluiría devoluciones de impuestos de como máximo 600 dólares por contribuyente y 1.200 dólares para las familias.

Bush propuso la semana pasada el plan, de un valor total de unos 150.000 millones de dólares, el 1% del PIB del país, como una forma de evitar que la economía estadounidense entre en recesión. No obstante, su aprobación dependía del Congreso, donde los líderes demócratas habían pedido modificar la propuesta original de la Casa Blanca para que parte del dinero llegara a personas con bajos ingresos.

Tras varios días de negociaciones, impulsadas por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, el Gobierno y los líderes del Congreso han llegado a un acuerdo sobre un plan que contempla unos 100.000 millones de dólares en devoluciones de impuestos para particulares, y 50.000 millones en medidas fiscales para las empresas.

Devoluciones de entre 300 y 600 dólares

Según el principio de acuerdo alcanzado, todo estadounidense que haya ganado al menos 3.000 dólares en 2007 y como máximo 75.000 (150.000 en caso de las parejas) recibirá entre 300 y 600 dólares en concepto de rebajas de impuestos. Así, los individuos sin cargas familiares recibirán 600 dólares, 1.200 si están casados, y 300 dólares adicionales por cada hijo, hasta un máximo de 1.200 dólares.

Los trabajadores que no están obligados a declarar sus ingresos, pero que hayan cobrado al menos 3.000 dólares anuales, recibirán un cheque de 300 dólares. Las empresas, por su parte, podrán deducirse el 50% de las inversiones en equipamiento, según el acuerdo alcanzado.

El acuerdo llega después de que en una reunión el miércoles por la noche la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, accediera a abandonar la demanda de los demócratas de extender el seguro de desempleo y los subsidios a la alimentación para los pobres, en tanto que los republicanos desistieron de su solicitud de que las empresas con pérdidas pudieran reclamar impuestos pagados previamente. A cambio, la líder demócrata obtuvo rebajas tributarias para personas con bajos ingresos.