Seis meses de cárcel para Munúa por agredir a Aouate

Seis meses de prisión, conmutables por una multa de 3.600 euros, es la pena que deberá cumplir el portero uruguayo del Deportivo, Gustavo Munúa, por la agresión a su compañero Dudú Aouate. Entre tanto, a Miguel Ángel Lotina se le acumulan los problemas, porque ninguno de los dos guardametas ha cumplido la condición del técnico deportivista de arreglarse entre ellos para volver al equipo, del que permanecen separados desde el incidente que protagonizaron el pasado día 11.

La solución jurídica del caso Munúa-Aouate, como consecuencia de la actuación de oficio del fiscal, se escenificó en el juicio rápido celebrado ayer en un juzgado de Betanzos (A Coruña), donde el acusado aceptó la pena de nueve meses solicitada por el fiscal. Ello le ha supuesto a Munúa la rebaja en un tercio de la condena solicitada, que no tendrá que cumplir al no tener antecedentes y poder optar por una multa de 3.600 euros que le permite que la pena sea inferior a un año. El agredido, que asistió al acto judicial sin cruzarse en ningún momento con su compañero, no pedirá indemnización de momento, aunque el portero israelí afirmó reservarse el ejercicio de ese derecho.

El incidente se produjo hace 13 días, en el vestuario de las instalaciones del Deportivo en Abegondo. Entonces, y como respuesta a las quejas públicas de Aouate por no ser titular, Munúa le propinó un puñetazo que le produjo un fuerte hematoma en un ojo, y una herida que precisó ocho puntos de sutura. Inmediatamente, Lotina separó del equipo a ambos porteros, que desde entonces se entrenan al margen de sus compañeros de plantilla.

Lo que diga el vestuario

En lo meramente deportivo, los problemas continúan para Lotina, que sigue pendiente de una solución para su portería, mientras dos guardametas del equipo filial se preparan por si fuera necesario su concurso. Sin embargo, este miércoles Lotina ofrecía otra posible salida al conflicto, una vez cumplido sin resultado el plazo que dio a Munúa y Aouate para que hiciesen las paces entre ellos: volverá a readmitir a los dos porteros protagonistas del incidente si así lo decide el vestuario.

«Si el vestuario piensa que tiene que volver uno, el otro, o los dos, yo les abro la puerta», aseguraba por la mañana el técnico del Deportivo, quien negaba que su decisión resultara de un capricho e insistía: «Por mí pueden volver, pero necesito que el vestuario me lo pida. Yo acepto lo que diga el vestuario, como lo acepté la otra vez».