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El Follarranas desvincula a su familia de las ganancias obtenidas por narcotráfico
Los dos cabecillas de la banda del Follarranas, que están siendo enjuiciados en la Audiencia Provincial junto a otros 21 supuestos integrantes de la organización, reconocieron ayer haber participado en el alijo de 1.000 kilos de hachís que interrumpió la Guardia Civil en la playa de El Palmar, el 27 de octubre de 2006. Pero la confesión de ambos estuvo acompañada de una exculpación de sus respectivos familiares, que son acusados por la Fiscalía de blanqueo de capitales y en algunos casos, de ser partes activas en los trabajos de descarga de los cargamentos.
Actualizado: GuardarPedro Heredia Brenes, que da nombre a la banda, confesó haber acudido esa jornada a Marruecos para trasladar desde la costa africana al litoral gaditano la mercancía ilícita. Sólo respondió a las preguntas de su letrado y cuando fue interrogado por las personas que supuestamente lo contrataron, no quiso dar nombres.
Se escudó en su adicción a las drogas para explicar por qué traficaba con hachís y negó que su madre, su hermana y su cuñado se encargaran de la custodia del dinero obtenido y su posterior blanqueo; pese a que la Guardia Civil halló en las viviendas de estas personas elevadas cantidades de dinero en metálico, escondidas en fiambreras y bolsas de plástico.
Sebastián Fernández Bustos, alias Chano, y que aparece en el organigrama de la banda conileña como otro de los cabecillas, también esgrimió su derecho a no responder salvo a las preguntas de su letrada, para confesar su participación en el alijo. Al igual que su estrecho colaborador, desvinculó a su familia de las ganancias obtenidas a través del narcotráfico. Tampoco quiso identificar a las personas que lo habían contratado para hacer ese trabajo, y alegó que por eso, por mantener sus nombres en secreto, permanecía con vida en prisión.
La banda del Follarranas ha sido la última gran organización de narcos gaditanos desmantelada en la provincia. La Guardia Civil estuvo durante meses investigando a sus integrantes, que forman parte de tres familias conileñas, y aunque los agentes sólo se incautaron de un cargamento, las pesquisas señalan que esta banda llegó a introducir por la costa 30 toneladas de hachís en sólo un año.
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