Aves Carroñeras
Actualizado: GuardarHace unos días, mi amigo Ángel, miembro de una organización agraria, contaba que ante la falta de cadáveres de ganado en el campo, las aves carroñeras estaban empezando a cambiar de costumbres y ahora ya no esperaban a que sus presas estuvieran muertas para atacar, sino que se lanzaban a por los terneros y las madres embarazadas para saciarse. Fue sólo una anécdota, una señal más de lo curiosa y mudable que es la naturaleza, pero la historia me causó una desagradable sensación.
Apenas unas horas después, las noticias de los informativos provocaron que la imagen de esos carroñeros se me borrara fácilmente, y no sólo porque había encontrado bastantes argumentos para justificar a estos animales y su instinto, sino porque en la pantalla había imágenes de sobra para provocarme un verdadero rechazo que desde ese momento tengo agarrado en el estómago y que no logro aliviar por más vueltas que le doy.
Y es que lo que está ocurriendo en Gaza a causa del nuevo bloqueo israelí a ese territorio palestino no logro justificarlo de ninguna de las maneras por más argumentos que escucho de boca de los diplomáticos e ineficaces representantes de la comunidad internacional. No me vale la escalada de violencia, no me vale que alguna facción palestina estuviera lanzando misiles contra objetivos israelíes y no me vale que el Gobierno de Jerusalén cuente con el beneplácito de la mayoría de los países. Y es que lo que está ocurriendo en la franja de Gaza es que se está coartando la posibilidad de sobrevivir de la población civil, se están poniendo trabas a la ayuda humanitaria e incluso están muriendo muchas personas a las que no se les puede practicar ni una simple operación quirúrgica por falta de combustible.
Pero mientras caiga la Bolsa y suba el IPC parece que ya tenemos cubierto nuestro cupo de desgracias.