Aquí no hay quien viva
Ya casi habíamos asumido que esto del Carnaval había dejado de ser lo que era, que se nos llenaba la boca diciendo que las letras eran la historia cantada de nuestra ciudad -otro tópico para añadir a la lista que encabeza el de Cádiz, capital del comercio- y al final estaban todos más pendientes de agradar a Canal Sur con coplas que se entendieran en La Mojonera que de otra cosa.
Actualizado: GuardarYa casi habíamos asumido que el concurso de agrupaciones se había convertido en un desfile de complicados nombres y no menos complicados tipos, en un inmenso casting buscando un contrato más allá del puente Carranza, y que Macarty, la Uchi y la Petróleo se habían quedado para siempre en una esquina de la calle de La Palma.
Las letras ya no son lo que eran. Lo admito. Nadie se moja, ni se salpica siquiera. Nadie cuestiona, si no es desde la simpleza, la política nacional, ni la local. Ya casi lo habíamos asumido, insisto. Pero me niego a asumir que la paliza que le dieron a José Luis Moreno sea el tema estrella de este año, un año en el que volvimos a ser los más pobres y los más torpes de Europa, un año en el que volvieron a llenarse nuestras costas de pateras y de muertos, un año en el que volvimos a encabezar la lista de parados con el cierre de la planta de Delphi.
En fin. Será culpa de la globalización, que tiene sus efectos secundarios, o de no querer mirar para adentro, que aquí no hay quien viva.