Nueva Rumasa, dispuesta a mejorar la oferta más alta por las marcas de Domecq
Los Ruiz-Mateos no tiran la toalla y dan garantías de mantenimiento del empleo La plantilla de Beam Global quiere seguridad antes de que se cedan los activos
Actualizado:La venta de las marcas de vinos y brandies de la antigua Allied Domecq, que en la actualidad son propiedad de la multinacional francesa Pernod Ricard, está a punto de cerrarse. Sin ir más lejos, según apuntan diversas fuentes del sector consultadas, el final de la operación es inminente.
Sin embargo, y pese a que podrían faltar sólo unos días o incluso horas para que marcas como Carlos I, Carlos III, La Ina o Río Viejo fueran adquiridas, todas las posibilidades están abiertas y las distintas empresas del Marco que desde el principio han estado en la puja siguen haciendo sus movimientos.
Así, y aunque las informaciones de las dos últimas semanas apuntan a que la oferta de Osborne podría ser la favorita, como ya informó LA VOZ, la compañía Nueva Rumasa -de la familia Ruiz-Mateos- no tira la toalla e insiste en que la suya «es la mejor oferta que hay sobre la mesa, la de mayor montante económico», según explicaron a este medio distintas fuentes del sector.
Y es que la familia Ruiz-Mateos ya habría notificado a Pernod Ricard que, como muestra de que su apuesta es fuerte, «están dispuestos a mejorar hasta en un 5% la oferta más alta que reciban la multinacional francesa», en caso de que ésta no sea la suya, añadieron las mismas voces.
En la misma línea, la propuesta de compra que han lanzado desde Nueva Rumasa no sólo contempla el interés por adquirir marcas y activos, sino que también incluye en los términos del acuerdo las garantías para el mantenimiento de la plantilla de Beam Global -antiguas instalaciones de Domecq donde se siguen produciendo estos vinos y brandies-.
Según pudo saber LA VOZ, el compromiso de mantenimiento de los puestos de trabajo y de la producción sería al menos de cinco años, y también se bonificaría a Beam Global por el cambio de titularidad de las existencias con una suma que podría ascender a tres millones de euros.
De esta forma, como recalcan estas voces del Marco, los Ruiz-Mateos habrían puesto el dedo en la llaga sobre uno de los aspectos que más preocupan a los trabajadores de Beam Global en torno a esta operación: el de la repercusión en el empleo.
Como las fuentes consultadas confirmaron ayer a LA VOZ, la preocupación de la plantilla es creciente, sobre todo porque pese a que la operación parece avanzar a pasos agigantados, los trabajadores no tienen ningún conocimiento de cómo afectará la operación a su futuro.
Hay que recordar que los nuevos propietarios de las marcas emblemáticas de la antigua Domecq asumirán la producción de estos vinos y brandies, así como la gestión de los activos y soleras, una situación que en el Marco se entiende como una descapitalización de patrimonio que puede acabar afectando al empleo.
Por este motivo, en el Marco de Jerez ya se rumorea que la plantilla de Beam Global «no se va a quedar quieta viendo cómo se van de sus instalaciones estos activos» sin que haya una seguridad para los puestos de trabajo.
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