ANÁLISIS

Sin sorpresas

Ya no sorprende demasiado que los Oscar vuelvan a prescindir de las películas de gran presupuesto, es decir, de los blockbuster, o incluso de las producciones con más éxito en la taquilla. Más aún, cada vez se hace más evidente que Hollywood apuesta ahora por el cine de presupuesto medio, con temas difíciles y un cierto aire de producción independiente. Tal es así, que de las cuatro películas favoritas sólo Michael Clayton tiene un presupuesto elevado, si bien su éxito en la taquilla es más bien mediano. Algo que indica, igualmente, la distancia entre los favoritos del público y de la crítica. Eso mismo favorece, en buena lógica, la candidatura de algunos outsiders como los hermanos Coen, de Julian Schnabel o de Paul Thomas Anderson, este último con su película Pozos de ambición.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Obviamente, el apartado más competido va a ser el del Oscar al mejor actor, donde la Academia se va a dividir entre George Clooney y su película personalista o Daniel Day-Lewis y su genial interpretación. Por lo que se refiere a nuestro Javier Bardem, su gran rival va a ser Philip Seymour Hoffman, un gran actor ya premiado que ahora interpreta el único thriller político reconocido en las candidaturas. Finalmente, nuevo éxito de Alberto Iglesias, cuya sola presencia entre los candidatos le afianza como maestro de la composición musical para el cine.