Lo prometido es deuda
Que nadie hable de deudas. Suelen ser ni agradecidas ni pagadas, ya que no sólo cambian de bolsillo, sino de nacionalidad y se van a vivir a la amplia comarca del olvido. Lo prometido es duda. ¿Quién puede creer a estas alturas del partido, y a estas profundidades de los partidos políticos, que sus líderes pueden cumplir lo que están ofreciendo? Ahora que los molinos de viento ya están generando en España el diez por ciento de la energía eléctrica, nos daríamos por satisfechos si se cumpliera el diez por ciento de las promesas electorales. Incluso nos daríamos con un canto en los dientes, ya que no podemos cantar la letra del himno nacional, cuya ausencia de letra no nos hace echar en falta la ausencia de piezas dentales.
Actualizado: GuardarEl presidente Zapatero dice que subirá a 850 euros las pensiones mínimas y a 700 las de viudedad y Rajoy dice que eliminará Educación para la Ciudadanía, considerando sin duda que ya estamos lo suficientemente educados. No conforme con eso quiere garantizar por ley la enseñanza en castellano. Puesto a superarse a sí mismo, hará que todos los niños, una vez aprendido el idioma de Cervantes, aprendan también el de Shakespeare. Dentro de nada serán bilingües incluso los ventrílocuos.
La clientela más crédula se renueva en los años electorales. Gentes que no creen en las rebajas de los grandes comercios se tragan todos los camelos que urden los gerentes de la política. ¿Por qué no habrá elecciones cada seis meses? Aunque sólo se cumpla un pequeño porcentaje de lo ofrecido, la vida de los españoles mejoraría mucho. Hasta ahora sólo mejora la de quienes se han especializado en ofrecimientos. ¿Quiénes van a recordarles lo que dijeron que iban a hacer? Se necesita una gran memoria para olvidarse de todo y es imposible añorar lo bien que lo íbamos a pasar todos si hubieran ganado unos u otros mercaderes de felicidad.