CORDIALIDAD. Sarkozy y Uribe se saludan efusivamente a las puertas del Elíseo. / AFP
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Uribe acepta reconocer portavoces políticos en las FARC para impulsar una negociación

Promete autorizar el despliegue de una fuerza internacional para garantizar el diálogo con la guerrilla Sarkozy pide no descartar ninguna aportación para liberar a los rehenes

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El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, declaró ayer en París, donde inició una gira diplomática por varios países europeos, que su Gobierno está dispuesto a reconocer a interlocutores políticos con inmunidad garantizada en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) si muestran voluntad de negociar. En una entrevista celebrada en el Elíseo, Nicolas Sarkozy le aseguró que Francia sigue siendo solidaria de las posiciones de la Unión Europea y, por tanto, es partidario de que las FARC permanezcan en su lista europea de grupos terroristas en contra del deseo del mandatario venezolano, Hugo Chávez, de que sean reconocidas como fuerza beligerante.

«Como alternativa al reconocimiento de beligerancia, en el momento en que las FARC quieran entrar a una negociación, el Gobierno está dispuesto a reconocerles voceros políticos, a quienes se les levantará la orden de captura para facilitar que participen en el diálogo», explicó Uribe en declaraciones a la emisora pública Radio Francia Internacional. Desde su punto de vista, las FARC han perdido el control y mando, requisitos exigidos por la doctrina internacional para tal reconocimiento como prueba «la descoordinación» en el caso de la liberación de Emmanuel, el hijo de Clara Rojas.

En otra entrevista radiofónica, esta vez con la emisora privada Europe 1, Uribe se mostró dispuesto a una negociación directa con las FARC, pero a condición de que actúen de buena fe y renuncien a sus «acciones terroristas» porque, como recordó, su prioridad es «aplastar a los terroristas». De hecho, reiteró su objetivo de vencer a una organización que «empezó como una guerrilla ideológica marxista leninista» y en la actualidad es «una guerrilla de traficantes de drogas y de terroristas mercenarios».

En una posterior rueda de prensa, el mandatario colombiano llevó sus ataques hasta comparar a los rebeldes con los nazis como autores de «delitos de lesa humanidad». «Las FARC no ejercen justicia, al contrario, torturan a los secuestrados de la misma manera que se torturó en los campos de concentración de Europa a los judíos», sentenció.

Mediación de la Iglesia

Uribe se mostró satisfecho del resultado de su reunión con Sarkozy, quien «me dijo que los relojes de Francia y Colombia están perfectamente sincronizados». Según David Martinon, portavoz del Elíseo, el presidente francés invitó a su homólogo colombiano a no descartar «ninguna aportación útil» para obtener la liberación de las mujeres y enfermos en manos de las FARC, entre ellas Ingrid Betancourt, que tiene la doble nacionalidad de ambos estados. También brindó el apoyo de París a las recientes iniciativas de Bogotá a favor de los esfuerzos de «facilitación» de la Iglesia católica y de reactivación de la mediación franco-helvética-española para la liberación de rehenes.

En la comparecencia ante los informadores, el presidente colombiano se mostró receptivo a la idea de desplegar un contingente internacional de interposición, en la zona de encuentro propuesta por la Iglesia, que le fue planteada la víspera en una reunión mantenida en París con familiares de Betancourt, secuestrada en febrero de 2002. «Lo que se ha dicho en principio es que en esa zona no haya personas armadas sino observadores internacionales pero, si en algún momento, respetando el requisito de que sea una zona rural, despoblada, sin presencia de cuarteles de policía o militares, fuera necesario aceptar allí como garantía una presencia de una fuerza internacional, el Gobierno de Colombia no se negaría», aseguró.

Uribe admitió la existencia de un fondo gubernamental dotado con casi setenta millones de euros para recompensar a los miembros de las FARC que deserten y faciliten la liberación de rehenes. Pero negó que se haya establecido una prima a las fuerzas del orden por cada guerrillero muerto. «Nosotros pagamos información no muertes», aseveró el mandatario colombiano, que prosiguió en Bruselas un viaje que le llevará a España antes de culminar en Suiza con su asistencia al Foro Económico Mundial de Davos.