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SANTIAGO. La valla de las obras impide ver con claridad el azulejo del prendimiento.
Jerez

Tan cerca y tan lejos

El azulejo del Prendimiento en el corazón de Santiago se deja entrever tras las vallas que separan las obras con los muchos devotos

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Perdido entre las vallas que separa al templo de su gente, el azulejo del Prendimiento sigue siendo referencia del barrio de Santiago. Javier Soria, teniente hermano mayor de la Cofradía, subraya que «la empresa encargada de colocar las vallas ha tenido la sensibilidad de dejarla más baja por donde aparece el azulejo».

El altar cerámico está colocado desde el año 1951 en el muro que da a la sacristía. Fue concretamente en la Función Principal de Instituto de ese año cuando se bendijo por parte del franciscano Sainz Urturi, que vino desde el Santuario de Regla a presidir tan emotivo momento para la cofradía de rojo y blanco.

Precioso, con las manos atadas y el semblante ladeado. La obra se encargó a Cerámicas Santa Ana en Triana. «Se lo debemos a la donación de nuestro hermano Manuel Manzano Montes -comenta Soria-. Le tocó un buen pellizco en la Lotería Nacional y quiso hacer este regalo a la hermandad». Manuel Manzano no fue consciente, quizá, de que, con su donación, había cambiado la estética del barrio de bronce. Ya no sería la misma la plaza de Santiago sin su Rey atado en el lateral de la parroquia.

Anecdotario

Y cientos de anécdotas y leyendas que acompañan al conocido altar cerámico de Santiago. «Te podría comentar que las flores que tiene durante todo el año las llevan los muchos devotos del Señor. Muy raras veces la hermandad ha tenido que colocar flores al azulejo. La gente del barrio se encarga de ello», comenta Javier Soria.

Las manos del Prendimiento son dos lirios encendidos, dice la saeta. Dos manos que durante todo el año alumbran a este castizo barrio. Cualquier momento es bueno para la oración. La gente del barrio asegura que el azulejo llama a la conversación con el Prendi. Que se lo digan a Joaquín Fernández El Zambo, que le cantó al azulejo un día de Navidad los Campanilleros con tanto sentimiento que todavía lo recuerdan en esta zona de Jerez. Mientras que el Príncipe de bronce no esté de nuevo en casa, la parroquia seguirá estando acompañada por la belleza de este azulejo.