ILUSIONADO. Alonso muestra una leve sonrisa tras ver las prestaciones de su coche. / REUTERS
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Alonso sonríe con su nuevo Renault

El piloto asturiano estrenó el R28 en Cheste entre una intensa niebla y ante 6.500 seguidores entregados Completó ciento cincuenta y seis kilómetros sin contratiempos

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El McLaren despidió una inquietante cortina de humo en 2007 en Cheste. El Renault se detuvo, varado como una ballena en la costa, en el arranque del curso 2006. Y en la repesca de tiempos pasados, los anteriores coches que ha pilotado Fernando Alonso contribuyeron a la idea de que casi todo el trabajo estaba por hacer. Ayer, entre una niebla de perfil nocturno londinense y ante la adoración de 6.500 aficionados que lo agasajaron como a una estrella de la canción, el piloto estrenó el nuevo Renault con el que aspira a recuperar el título. Y, a falta de palabras, juicios técnicos o similares, hubo sonrisas y satisfacción a raudales.

La pregunta vuela rauda entre la parroquia. La inquietud a estas alturas del año reside en si el Renault estará a la altura de Alonso o en si éste podrá situar el bólido a la altura de 2005 y 2006. Viejas cuestiones que resuenan en el boca a boca con el público. ¿Y no se fue de este equipo porque tocaba techo? ¿Hasta dónde aportará el piloto y cómo responderá la escudería? ¿Llegará hasta McLaren y Ferrari?

Un sólo coche en Cheste

A este tipo de incógnitas comenzó a responder Fernando Alonso con su presencia ayer en Cheste. Renault había anunciado la asistencia de Nelsinho Piquet -el compañero del español para la presente temporada- ayer en Valencia, pero desde que se supo que el coche llegaría a tiempo, hubo cambio de planes y fue el piloto asturiano el que ayer cogió el volante. Sólo había un R28 disponible ayer en el circuito valenciano. Y fue para el asturiano, no para el brasileño.

Alonso sólo había visto el monoplaza a escala del cuarenta por ciento en la fábrica de Enstone, unos kilómetros al norte de Oxford. Renault construye sus bólidos en la proporción adecuada para que puedan ser probados y modificados en el túnel del viento. Luego el banco de experimentación remite datos y a partir de esa documentación, una reunión detrás de otra, se construye el coche.

Ese R28 que ayer aparecía reluciente en Valencia -un empleado de Renault estaba dedicado en exclusiva a sacarle brillo- cruzó durante el fin de semana el Eurotúnel que une Inglaterra con Francia desde 1994, atravesó la orografía del país que preside Sarkozy en un gigantesco camión, y llegó el domingo al trazado levantino al mismo tiempo que Alonso y su séquito desembarcaban en el aeropuerto de Manises.

Un morro llamativo

Hace años, generaciones incluso, que las gentes del interior de Valencia no se topaban con una niebla tan espesa como la de ayer. Están acostumbrados a otra cosa. La bruma matinal y el cielo despejado a las diez y media. Ayer hacía frío, pero no aire. Y no escampó hasta pasadas las doce del mediodía. Tres horas a la basura de Renault y Williams -el otro equipo que se apuntó a rodar en la pista alquilada en esta ocasión por McLaren-.

El R28 llama la atención a los sabios de la Fórmula 1 por el morro. Un compartimento del monoplaza que presenta tres niveles, tres estratos en busca de la aerodinámica perfecta, el eje nuclear de todos los movimientos en la F1.

Gran expectación

El público asistente -6.500 personas un lunes laboral, hoy se prevén 20.000 personas en día festivo en Valencia capital- se quedó con el rugido del Renault más que con las piezas novedosas. Un viejo aforismo de estos primeros ensayos en F1 garantiza buenaventura para el año si el coche no se rompe, se para o presenta síntomas de fragilidad. El R28, a diferencia de otros, no tuvo problemas ni debilidades a la vista. Se zambulló en la niebla a los mandos de Alonso y completó 156 kilómetros sin contratiempos.

Por allí se dejaron caer multitud de aficionados y algunos famosos locales. Ángel Casero, ganador de una reñida Vuelta a España frente a Óscar Sevilla y ahora metido a promotor inmobiliario, se paseó por el «paddock» y los palcos vip habilitados por el circuito. Palcos vip en entrenamientos invernales de Fórmula 1. Ver parar creer.

Y la película conocida se repitió. Carreras, avalanchas, guardias de seguridad, y protección para Alonso, una estrella del rock cualquiera en manos de sus incondicionales, aunque esta vez está mucho más accesible que antaño.

«La mejor noticia es que no hemos tenido problemas»

Silencio administrativo la pasada semana en Jerez en el retorno de Alonso a Renault. Más silencio en el estreno del nuevo bólido de 2008, y más de lo mismo en las jornadas venideras. El departamento de comunicación del equipo francés pretende espaciar las comparecencias del español, que sólo ha hablado en una entrevista concertada con Tele5, hasta que se presente la escudería de forma oficial en París, el próximo 31 de enero.

Mientras tanto, el piloto asturiano se expresa a través de comunicados oficiales, la moneda de uso corriente en la Fórmula 1. Ayer se bajó del coche a las cinco de la tarde y emitió sus impresiones vía e-mail.

«Cuanto tú te pones al mando de un coche nuevo, el primer día siempre lo dedicas a comprobar que todos los sistemas funcionan correctamente. Y eso es lo que hemos hecho hoy. Hemos sido capaces de hacer tandas cada vez más largas (series de vueltas seguidas sin parar), poco a poco. Y todo ha ido bien, pero es pronto todavía para intentar comparar nuestras prestaciones con respecto a los otros equipos. Ese no era el objetivo. Las mejores noticias es que hemos encontrado pocos problemas, y que seremos capaces de continuar nuestro trabajo».