PUESTA EN ESCENA. Ruiz-Gallardón observa a Mariano Rajoy con gesto severo en un momento de su discurso. / JAVIER LIZÓN. EFE
ESPAÑA

Gallardón asiste serio y en un ambiente gélido al primer mitin de Rajoy tras la crisis

El alcalde de Madrid, recién llegado de Moscú, saluda al jefe de su partido, pero evita cualquier contacto con Esperanza Aguirre La militancia del PP agradece la presencia del edil con un sonoro aplauso

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Alberto Ruiz-Gallardón llegó a tiempo desde Moscú y acudió a arropar a Mariano Rajoy en el primer gran acto público del Partido Popular tras la crisis del pasado martes, cuando el líder de los populares comunicó al alcalde que quedaba excluido de las listas para las elecciones de 9 de marzo. El gesto no logró rebajar la tensión que todo el asunto ha generado en el partido, y que provocó que ayer el primer edil madrileño y la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, no se saludaran. Ni siquiera se miraron a la cara.

La militancia del PP que ayer acudió al pabellón de Ifema de Madrid, en el que el partido popular clausuraba su conferencia sobre educación, agradeció el gesto de Ruiz-Gallardón con un sonoro aplauso. El alcalde acababa de regresar de una visita oficial a la capital rusa invitado por su homólogo Yuri Luzhkov, y se presentó en el recinto ferial con cara de cansancio y sólo acompañado por el vicealcalde Manuel Cobo y por la delegada de Urbanismo, Pilar Martínez.

Semblante

«Ánimo alcalde, estamos contigo», «te queremos», «eres grande, eres el mejor», fueron algunas de las frases que la militancia hizo llegar a Ruiz-Gallardón nada más entrar al recinto. Las palabras de aliento no hicieron que el primer edil cambiara su semblante serio, del que sólo se escaparon algunas sonrisas forzadas de agradecimiento a los desconocidos militantes. Mientras, la cúpula del PP celebraba en una sala próxima una reunión con expertos en educación que han aportado ideas para la elaboración del programa electoral del partido.

El número dos de la lista por Madrid, Manuel Pizarro, no acudió al evento. Concluida la reunión con los expertos, los dirigentes populares acudieron al salón donde iba a celebrarse la clausura. Mariano Rajoy se acercó a Ruiz-Gallardón y le saludó con un distante apretón de manos ante la mirada curiosa de cientos de los asistentes.

Indiferencia

Ni Esperanza Aguirre ni el alcalde hicieron el más mínimo esfuerzo por saludarse, y se dirigieron de inmediato a sus asientos en primera fila: la presidenta madrileña, junto al líder del PP; el alcalde, en una esquina, junto a Pío García Escudero y cuatro puestos separado de los anteriores.

Ruiz-Gallardón permaneció durante todo el acto serio, refugiado en su teléfono móvil y sin apenas intercambiar comentarios con sus vecinos de asiento; sólo se permitió unos imperceptibles aplausos durante la intervención de Aguirre, que lució una esplendorosa sonrisa toda la mañana y departió sin cesar con Rajoy, Ángel Acebes, Ana Pastor o Pilar del Castillo, entre otros dirigentes del Partido Popular.

La clausura del acto correspondió a Rajoy, que no hizo más mención a lo ocurrido en su partido esta pasada semana, se limitó a agradecer «a todos» la asistencia a la convención popular. «A todos, muchas gracias», remarcó con intención el líder del PP, que de inmediato se centró en el objeto de la reunión, fijar criterios sobre educación para el programa electoral.

Al término de su intervención, el aspirante a La Moncloa, volvió a saludar a Aguirre, a Ruiz-Gallardón y al resto de los dirigentes populares que le acompañaron en el acto. Tras despedirse del líder del partido, y sin abandonar el gesto adusto que lució toda la mañana, el alcalde madrileño abandonó el acto de manera apresurada, sorteando los besos y abrazos de los militantes.

Una actitud que contrastó con la del resto de los dirigentes populares; que relajados y sonrientes, salieron minutos después, no sin recibir la correspondiente dosis de calor por parte de los asistentes al encuentro.