Opinion

Malos presagios en Gaza

Diplomáticos israelíes advierten en privado que un día se va a producir una tragedia y entonces la actuación militar será implacable contra Hamás en Gaza. El ejemplo concreto es el temor a que uno de los numerosos y cada día más sofisticados cohetes Kassam que lanzan los islamistas palestinos desde Gaza contra ciudades israelíes va a impactar en una guardería o en un colegio con un saldo mortal elevado e inaceptable que provocará una enorme represalia. Hasta ahora, los militares israelíes han realizado diversas incursiones contra elementos terroristas para evitar el lanzamiento de estos cohetes causando la muerte de más de 30 personas y la destrucción del Ministerio del Interior de la franja controlada por quienes ganaron las últimas elecciones palestinas, pero que después se apoderaron del poder por la fuerza y obligaron a los dirigentes de Al Fatah a replegarse en Cisjordania.

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La tensión se incrementa por horas y la impresión es que la comunidad internacional está mirando hacia otro sitio, por ejemplo, hacia las medidas económicas de Bush para evitar la recesión o a las particulares elecciones en Cuba, donde el convaleciente y débil Fidel Castro no se resigna a dejar el poder y no parece importarle demasiado lo que pueda ocurrir con Hamás. Incluso podría haber un acuerdo para colocar a los dirigentes islamistas de Hamás ante una nueva presión militar que podría desencadenar en una operación a gran escala. En el pasado más reciente, la solución violenta no logró acabar con el poder de un movimiento como el de Hamás, que se ganó el voto de los palestinos por sus programas de ayudas y asistencias sociales más que por los atentados de sus terroristas suicidas. Desde hace muchos años, Gaza es la mayor cárcel del mundo con más de un millón de personas dependientes de la voluntad israelí de abrir o cerrar las fronteras.

Ahora, las condiciones de vida en la franja son muy duras por la escasez de alimentos, medicinas, electricidad provocada por el asedio del Gobierno del primer ministro israelí Olmert, que pretende doblegar así el apoyo popular a Hamás mientras continúan los contactos con los otros palestinos de Al Fatah, fuertes en Cisjordania, liderados por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.