Edwards quemará sus naves en el sur
John Edwards abandonó Nevada cuando aún no habían abierto los colegios electorales para el caucus demócrata. No tenía nada que ganar entre ruletas y naipes. Cambió su estrategia inicial, basada en convertirse en la segunda opción de los estados que abrieron la carrera hacia la Casa Blanca, para concentrarse en otros mayores. Ayer trasladó su infraestructura a Oklahoma, que celebrará sus primarias el Supermartes. Pero para llegar vivo a la cita trascendental del 5 de febrero, antes debería ganar las primarias de Carolina del Sur, que tendrán lugar el próximo sábado. Intenta así apostar las fichas que le quedan al cuadro sureño, a la vez que optimiza sus escasos recursos para mantenerse vivo. Las pocas encuestas realizadas aún en Oklahoma sitúan a Edwards segundo, tras Hillary Clinton, aunque con una desventaja de veinte puntos (25-45%).
Actualizado: GuardarEl candidato sureño a ocupar el Despacho Oval, lastrado en su vida política por la muerte a los 16 años de su hijo Wade víctima de un accidente de tráfico y el cáncer de mama que se le ha reproducido a su esposa Elisabeth, intenta mantenerse en el ala más izquierdista del Partido Demócrata, a pesar de que ello le ha alejado de la obtención de los recursos aportados por los millonarios y le ha obligado a realizar una campaña casi desde la derrota. Su táctica deliberadamente concentrada en lugares como Iowa y New Hampshire, escenarios de la primera fase de primarias, para asegurarse un puesto destacado de salida, no ha dado fruto a este abogado multimillonario, sólo recompensado en las encuestas.
Sin embargo, él se empeña en desmentir a los medios de comunicación que anunciaron su inmediata retirada.