Alarma en Guadalcacín ante la agresión sufrida por una menor a la luz del día
Un hombre en una moto abordó a la chica, a la que empujó y zarandeó Los vecinos reclaman más vigilancia y temen por la seguridad de sus hijos
Actualizado: GuardarLos vecinos de Guadalcacín, especialmente los de la barriada de Caulina, llevan casi una semana sin pegar ojo a causa de un suceso que tuvo lugar en la pedanía el pasado martes. Los hechos ocurrieron a las 18.00 horas en plena calle, cuando una menor de la citada barriada salía de recibir sus clases particulares y un adulto en una moto la abordó de una forma cuanto menos agresiva.
La joven, de 13 años, ha relatado lo ocurrido a este periódico, confesando el miedo que se ha apoderado de ella desde entonces. «Cuando salí de las clases un hombre en una moto de unos 27 años empezó a gritarme: ¿párate!, ¿párate!. Yo, como no lo conocía, seguí adelante, y entonces se acercó y me tiró de los pelos, me agarró y empezó a zarandearme hasta que me caí al suelo y me di contra el bordillo. Yo aproveché y le di patadas a la moto hasta que se cayó y salí corriendo». Según la menor, su agresor no presentaba «mala pinta», y aunque pudo verle la cara con claridad, asegura que no pertenece a su círculo de conocidos ni le había visto con anterioridad.
Tras contar lo sucedido a su familia, su abuela, Antonia Padilla, se dirigió a la Comisaría de Jerez para interponer la correspondiente denuncia. «Me dio mucho miedo -ha confesado la chica- y ahora sigo yendo a las clases pero siempre con alguien que me lleva y me recoge». Antonia, por su parte, ha reconocido la preocupación existente no sólo en la familia sino en la zona, porque «no sabemos las intenciones que llevaba el hombre. Lo que queremos es que la Policía lo coja y yo misma le voy a sacar los ojos, aunque tenga que ir a la cárcel».
Este fin de semana, de hecho, tanto la joven como su hermana, de 16 años, han tenido prohibido salir de casa bajo ningún concepto, algo que ha desatado las iras de ambas, en especial de la más mayor. «Ya no estamos tranquilos, porque puede estar acechándola, venir en coche y llevársela, como no sabemos cuál fue el motivo... No veas la que formó la otra porque no la dejamos salir, pero no nos queda otro remedio». Según esta vecina, la psicosis se ha extendido rápidamente y ahora «las niñas no van solas al colegio, los padres van a llevarlas y a recogerlas, porque nadie está ya tranquilo».
El nerviosismo se palpa en la barriada, y buena prueba de ello son las distintas versiones que en los últimos días se han sucedido sobre acontecimientos de este tipo. Aunque en la denuncia interpuesta por los Padilla consta que una amiga de la menor sufrió un suceso casi idéntico, probablemente perpetrado por la misma persona, lo cierto es que la madre de esta última niña ha negado los hechos, por lo que no está nada claro que ello sucediera, o por lo menos de la forma en que se contó en un principio. Otro vecino, además, relataba cómo en Guadalcacín se rumorea que hubo un intento de rapto en los últimos días, algo que ha resultado no corresponderse con la realidad.
En lo que sí coinciden los residentes de Caulina, aparte del miedo evidente que ha desatado el episodio sufrido por su joven vecina, es en denunciar la grave falta de seguridad que padece la barriada. «Hay mucha preocupación -confesaba una señora- porque aquí no hay seguridad ninguna, ni municipales ni guardias civiles se pasan jamás por aquí. En Guadalcacín hay algo más, aunque tampoco mucho. Yo pediría que la Policía se diera una vuelta por aquí de vez en cuando». Otra vecina contaba cómo se decía que un coche había perseguido a una menor hace unos días, algo que tampoco está demostrado y que no ha hecho sino aumentar la confusión y la preocupación entre el vecindario. «Hay mucho miedo, esto es muy tranquilo pero quién nos dice que cuando los niños salgan con las bicis, alguien no se los va a llevar».
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