Cine Lealas
Rnecuerdan películas como Tiburón, Carros de fuego, Rocky I, Saturday night fever, Platoon, En busca del arca perdida ? Qué tiempos aquellos, ¿verdad? Entonces ir al cine era todo un acontecimiento, al menos para aquellos que estrenábamos adolescencia. Nuestras primeras salidas, nuestros primeros besos Buscábamos siempre un sitio discreto cómplice de nuestros escarceos amorosos. El cine era un lugar estupendo para lo que se dice meterse mano; si no, qué me dicen de la llamada fila de los mancos.
Actualizado: Entonces las relaciones tenían una cronología perfecta: primero éramos amigos, después ligues y luego ya novios formales Todo tan medido, tan establecido. También la conquista de nuestros cuerpos era más pausada y me atrevería a decir que, por prohibida, más deseada. Con la euforia hormonal por las nubes y el todo prohibido, la más leve caricia erizaba cada poro de tu piel.
Los cines siempre me parecieron lugares unidos a la fantasía, a la aventura y al amor, al menos a la clandestinidad de las caricias. Las películas con sus descansos para cambiar la cinta, el agua al canario, comprar unas chocolatinas o lo que se terciara. Los cines ya no son lo que eran. Hoy, a pesar de que el precio de una entrada me parece casi prohibitivo, y de que nos meten en salas enanas con poco glamour, ir al cine es tan de diario que sólo vamos cuando no tenemos otro plan mejor. Por otra parte las películas están en la red antes de que lleguen incluso a las salas así que preferimos quedarnos en casa con el home cinema. Tiene su parte positiva, sin duda, el que ya nadie necesite la penumbra de un cine para esconder una relación; ahora hay poco que esconder.
Por eso con el incendio del Cine Lealas no pude evitar sentir cierta nostalgia de aquellos tiempos en los que creíamos que todo estaba por descubrir.
El derrumbe de este emblemático lugar entierra sin duda muchas historias de amor, y algunas de desamor, que se acunaron con los actores de Hollywood como testigos. En su lugar se levantará un edificio de viviendas. Al menos espero que a quienes las habiten les llegue en sueños toda la sensualidad y el deseo que se respiraba entre fotograma y fotograma.