![](/cadiz/prensa/noticias/200801/17/fotos/010D4JE-JER-P1_1.jpg)
Como peluches chinos
Verónica Caballero es una apasionada criadora de esos entrañables mascotas que son los selectos perros de raza china sharpei
Actualizado: GuardarSon una monada. Parecen ositos de peluche, con pieles suaves que les cuelgan por el lomo y se derraman hasta la panza. Se trata de los sharpei, una raza de perros que exportaron los chinos al resto del mundo. Hace años eran casi una rareza, pero ahora raro es lo contrario: una exposición canina donde no aparezcan. Vanesa Caballero comenzó con una hembra negra y ahora tiene un macho, cuatro hembras y dos cachorros de pura raza. «Somos criadores, y nos hemos presentado a concursos como el organizado recientemente en Alcalá o Sotogrande. También estuvimos en la Exposición Internacional Canina de Jerez celebrada en IFECA», comenta con orgullo.
Vanesa ha sacado a la calle a sus dos cachorrillos. La gente no para de mirar los simpáticos perrillos, que se comportan un poco alocadamente. «Es normal, son todavía muy pequeños», comenta. Nuestra joven criadora define a los sharpei como «perros independientes y algo desconfiados. Sin embargo, y aunque fueron creados como animales de ataque, son muy fieles y les encantan los niños. Ahora están catalogados como perros de compañía. Son ideales», afirma.
Precio
Los perrillos siguen de un lado a otro. Vanesa tiene puesto un ojo en la entrevista y otro en los pequeños cachorrillos. Hay que tener cuidado, pues, aunque están a la venta, su precio asciende «a unos 500 euros, y éstos están a un precio muy bueno. Existen ejemplares que pueden llegar a los 1.200. Depende del pedigrí, de la mordida de la boca, del estándar de altura o de que tengan la lengua azul».
Siendo una raza oriunda de China, tras haber superpoblación hubo un gran número de perros sacrificados. Quedaron un resto, muy seleccionado, que llegó a Estados Unidos. Fueron los americanos quienes les dieron carta de identidad en el resto del mundo.
Vanesa sigue jugando con sus perros. Son, parafraseando a Juan Ramón Jiménez en Platero, peludos, suaves; tan blandos por fuera que se diría todo de algodón, que no llevan huesos.