Duras críticas para el armador

a localidad coruñesa de Ribeira, puerto base del arrastrero Cordero que naufragó en la madrugada del lunes a 30 millas del Cabo Prior, espera noticia de los cuatro marineros todavía desaparecidos -de los ocho que iban en el barco tres fueron rescatados con vida y uno fallecido- con una sensación de entre resignación e indignación debido a que ya han sufrido golpes de este tipo. Vecinos de esta localidad denuncian que no se debe salir a faenar con temporales como el anunciado y tachan de «ruin» al armador que manda a la mar a los marineros con olas de ocho metros. Los bares y restaurantes que suelen frecuentar los marineros en Ribeira están llenos hoy de personas decaídas y comentando entre sí el suceso, aunque reacios a informar sobre cualquier posible circunstancia a los periodistas desplazados a esta localidad coruñesa. Algunos, que prefirieron mantenerse en el anonimato, apuntaron que «esto tenía que pasar algún día» porque «no se puede ir a trabajar con estas condiciones de mar». Otro de los vecinos expresó denunció que «hay que ser ruin» para mandar a la mar a la tripulación con olas de ocho metros.