«Me han ofrecido conducir varios programas, pero no me veo»
Antena 3 llevará a la pequeña pantalla la biografía novelada de 'La bella Otero', que protagonizará Natalia Verbeke
Actualizado:Su proyección pública y su presencia en actos de sociedad resultaron ser una barrera para conseguir que le dieran credibilidad como escritora. Carmen Posadas consiguió finalmente ese reconocimiento y el Premio Planeta por la novela Pequeñas infamias (1998). Su siguiente trabajo, una biografía novelada de Carolina Otero, popularmente conocida por La bella Otero, ha servido de base para una serie protagonizada por Natalia Verbeke que emitirá próximamente Antena 3 y ha sido comprada ya por la RAI italiana.
-¿Qué le atrajo de La bella Otero?
-En Uruguay se suele decir: ¿quién te crees que eres, la bella Otero?. Siempre me llamó la atención el personaje. Después de darme el premio Planeta me planteé qué hacer. Vázquez Montalbán me dijo que el siguiente libro lo diera por muerto, que hiciera lo que hiciera me iban a crucificar porque después de ese premio se produce una cierta venganza del lector y los críticos. Pensé que si publicaba una biografía esa mirada tan severa se iba a repartir entre el personaje biografiado y yo.
-¿Qué destacaría del personaje?
-Había leído sobre La bella Otero, que había sido una de las mujeres más ricas de Europa y que a los 46 años desapareció para que nadie la viera envejecer. Murió a los 97 años. Pensé qué habría hecho esta mujer durante tantos años. Cuando se ocultó, ella tenía la misma edad que yo, y en ese momento estaba bastante preocupada por el paso del tiempo. Empecé a investigar y estoy muy agradecida al personaje porque al iniciar el trabajo de investigación tuve que afrontar la muerte de mi padre y de mi marido, con dos meses de diferencia. Evitó que me sentara a llorar todo el día.
-¿Qué tenía de especial esta mujer?
-Me preguntaba cómo aceptaría la decadencia una mujer que fue amante de reyes. Me gustó su actitud de dignidad. Y me ayudó a exorcizar los fantasmas de la vejez y la aceptación del paso del tiempo.
-¿Ya no los teme?
-No, a partir de aquel momento.
-¿Cuál era su misterio?
-Para empezar, fue violada a los 12 años y la dejaron estéril. Eso hizo que fuera una mujer libre en el sentido de que no se podía quedar embarazada. Además, económicamente no dependía de nadie, era rica. Por un lado era dueña de su cuerpo y, por otro, con una cierta prevención hacia los hombres, lo que le daba mucho atractivo. Creo que sólo se enamoró una vez y tenía ese aire de femme fatal.
-¿Esas características tienen algún parangón con mujeres de hoy?
-Fue un personaje muy de una época. Hoy los hombres ya no se suicidan por las mujeres fatales. Quieren mujeres sumisas y tranquilitas que no les den la lata.
«Cortesanas de hoy»
-¿Las armas de seducción de las mujeres han cambiado?
-Ella decía una cosa que a mí me hace mucha gracia. ¿Cual es la diferencia entre nosotras, las horizontales (las cortesanas) y las mujeres honradas?. Y se respondía así: Las mujeres honradas se venden y nosotras nos alquilamos. Se refería a que el común de las mujeres de entonces pasaban de depender del padre al marido. Fue muy moderna, independiente y libre.
-¿Las cortesanas son prototipo del pasado?
-Sigue habiéndolas. No hay más que ver las revistas del corazón.
-La serie llega en un momento de gran diversidad de títulos. ¿Qué le gusta de la televisión?
-Me interesa el auge que hay de series y de películas para televisión. No tanto los realities y los programas del corazón.
-¿Le gustaría escribir historias para el medio?
-Casi prefiero hacer literatura. Como escritora eres dueña de tus historias. En cambio, en las series de ficción siempre estás controlada por el presupuesto, el director, el productor y el actor.
-Presentó un programa de literatura en televisión, Entre líneas. ¿Le gustaría conducir otro?
-Me han ofrecido conducir varios programas, algunos de ellos de libros, pero no me veo en ese papel. Soy bastante individualista y no podría dirigir yo el programa, pero si lo dirigiera otro tampoco lo haría como yo quisiera. Así que que me quede como estoy.