Paqui Vega...
Te pareció que el suelo se movía bajo tus pies cuando lo supiste..., pero no tardaste en reaccionar y aceptaste el reto... Sabías que tendrías que luchar duro pero nunca pensaste que tus fuerzas podrían llegar tan lejos en esa lucha contra el cáncer... Sorprendiste a Paco.... y a tus hijos... y a todos. Hasta tú misma estabas sorprendida de tu fortaleza... Dicen que cada persona se identifica, a lo largo de su vida, con una palabra. En tu caso está claro, tu palabra es Amor, porque amabas a todos y a todo... ¿Con qué cariño hablabas de las personas de la novena planta del Puerta del Mar que hacían, siempre con una sonrisa, lo imposible para ayudarte a salir adelante! Nadie podrá olvidar tu reacción cuando veías alguna cara seria a tu alrededor... Sacabas tu gracia gaditana y cantabas una pequeña estrofa inventada por ti, llena de fe en Dios y esperanza que hacía cambiar inmediatamente los semblantes... Pero aún con lo inmensa que es la palabra amor, hay que adjudicarte muchas mas; dignidad, alegría, entereza, fortaleza... Nos has hecho mucho bien a todos. Recordamos haberte visto, de lejos, bajo el pino que hay junto al banco de tu casa, charlar alegremente con Susana cuando ya sabíais vuestra situación; pero nunca se pudo observar en ninguna de las dos, el más leve asomo de tristeza o lamentación. Debían ser conversaciones joviales, llenas de esperanza, que sin duda habréis reanudado junto al Padre... Junto a Paco, dejas una bella estela en la tierra: Virginia, Ana, Mara, Paco, Rocío..., y una incipiente pléyade de nietos que ayudarán a Paco en su caminar. Dejas la tierra llena de muy bellas cosas y lo haces con la sencillez de los elegidos. Decía don José María Pemán en El Divino Impaciente que «el encanto de las rosas consiste en que siendo tan hermosas, no conocen que lo son... Así eres tú, Paqui...
Actualizado:Domingo y Encarnita. Cádiz