Manteca de alta velocidad
Esta semana que comienza amenaza con no ser tan divertida, informativamente, claro, que cada uno hace con su vida lo que puede, como la pasada. El nuevo hospital, el AVE los políticos han creado un nuevo mundo en la Bahía en seis días, y al séptimo se reunieron para firmar el acuerdo del centro de salud y la permuta de suelos y tomarse unos vinos en el Manteca. Si en el paraíso hubieran tenido sus chicharrones, Adán sería todavía el presidente del Edén CF -a pesar de las manzanas de Baldasano-.
Actualizado: GuardarLo bueno de crear el mundo es la posibilidad de darle nombre a las cosas. En España, en los ochenta, cuando los dinosaurios aún campaban por las calles, se pensó que el novedoso y veloz tren que se instalaría en nuestros campos con motivo de la expo y demás zarandajas se llamaría AVE. Su símbolo, un pajarito. Muy ingenioso. Pero parece que no serán un ave de buen agüero el que llegue a Cádiz. Nos ha tocado un aguilucho cojo, una paloma gorda, un caballo perdedor. ¿Cómo se le llama a esto? Pónganle nombre, aún no ha llegado 2012 y todo, incluyendo la épica, está por inventar.
Pero no quiero ser agorero. Que determinadas cosas les gusten a gente poco recomendable no quiere decir que sean malas. Estoy deseando que, cuando me dé un empacho de localismo académico en el 12, me puedan ingresar en una de las dos torres (como si fuera un hobbit) del nuevo hospital. Cuando esté construido el nuevo tren ahorraremos una hora de trayecto a Madrid. ¿Y qué hacer con esa hora? Supongo que irse, con unos cuantos amigos, a tomarse unas tapas al Manteca.