Cargaditos de naranjas
Mientras la ciudad espera el azahar, miles de naranjas agrias cuelgan todavía de los ramales de los árboles en las calles
Actualizado: GuardarNaranjos que estarán este año forzados a someterse a una transformación urgente si queremos tener olores a azahar cuando las primeras maniquetas asomen por los dinteles de las iglesias. Ahora son naranjos que pueblan las calles cargados de sus frutos tan agrios como la cuesta de enero de la que algunos intentan sobrevivir.
Naranjos cargados de bolas maduras que quizá deberían ser cogidas del árbol por parte del Ayuntamiento de la ciudad. Al menos eso piensa Arturo Romero, que dice que de esto entiende un rato. Romero cuenta que «dejarlos así, sin despoblar de naranjas, propiciará una ralentización del ritmo biológico del árbol. Por así decirlo de alguna manera, se vuelven un poco locos. Y más cuando a estos árboles, otros años, se les ha recogido la naranja por estas fechas».
Romero, que sigue disertando en materia de naranjos, arguye que «también habría que apuntar que los frutos caídos del árbol son origen de tropezones. Se abren, y, bueno, después puede pasar cualquiera y propiciarle un buen batacazo. Y a ver ahora a quién va a uno a quejarse», subraya.
Olor a naranjo
La Corredera y la calle Armas huelen a naranjo desde hace ya dos meses. Bonita estampa la de los frutos que asoman entre las ramas que forma la copa. Centenarios árboles que ofrecen una ornamentación a las calles y, de camino, un olor indescriptible cuando llega la estación primaveral.
Arturo Romero, que parece haber nacido bajo un naranjal a tenor de su sapiencia en materia de cítricos, argumenta finalmente que «las mermeladas se hacen con este tipo de material agrio. No creas que las naranjas van a parar a la basura. Es un aprovechamiento del que se nutre, en este caso, el Ayuntamiento. No sé, será que las multas a los coches mal aparcados son más rentables que la recogida de naranjas», sentencia.
Este año los naranjos van a tener que darse más prisa que nunca. sin embargo, mientras lucen las naranjas ya pensamos en oler a fino azahar. Lo mismo todo esto se debe al cambio climático.