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Entre barrotes de madera
Diego Pina lleva más de veinte años construyendo jaulas de madera con el fin de hacerles más agradable la vida a muchos pajarillos
Actualizado: GuardarMantener la mente ocupada no es una mala receta para todas aquellas personas que llegan a la meta de una larga vida laboral. La ociosidad no trae nada bueno. Esto es lo que parece pensar Diego Pina, un hombre que hace ya treinta años se vio obligado a coger la jubilación anticipada tras perder una pierna en un golpe fortuito. «Tuve mala suerte. Quizá en estos tiempos me hubieran salvado casi toda la pierna. Bueno, ahora ya es igual, el caso es que me veía en casa todos los días siendo todavía relativamente joven», comenta.
Fue cuando Diego pensó que había que hacer algo en la vida. Su futuro no estaba, precisamente, pegando las posaderas en un sillón mientras transcurre el maravilloso mundo de la televisión. «Además, no se puede estar molestando todo el día a la mujer», sostiene. Fue así como comenzó con tablitas de pino flandes a coger las medidas de un jaula. «Yo siempre he sido aficionado a los canarios, y me hacía mis propias jaulas. O sea, que sólo tuve que perfeccionar la técnica para llegar a este tipo de jaulas», comenta.
Las rejas que separan al pájaro del exterior son curiosas. Se trata de pequeños cilindros que unen el suelo del habitáculo con los techitos hechos con dos caidas a cada lado. «Se trata de los palitos de las brochetas que se pueden encontrar en cualquier tienda», comenta. Sin duda, nadie lo hubiera pensado, y, sin embargo, le van estupendamente.
De todo tipo
Jaulas para canarios, trampas para coger pajarillos vivos -con un sistema rudimentario pero no exento de talento-, jaulas para londros y demás géneros relacionados con las casas de los pajarillos. «Las rejillas y chapas inferiores son totalmente extraíbles, para que se puedan limpiar bien las jaulas», comenta Diego con cierto aire de maestría.
Lo dicho, más de veinte años haciéndoles a los pajarillos la vida más agradable es mucho tiempo.