ENCUENTRO. Chaves, Zapatero y González, ayer, durante el acto organizado para presentar a los cabezas de lista del PSOE. / J. GUILLÉN. EFE
ESPAÑA

Zapatero enarbola un superávit del 2% del PIB para reclamar la confianza en las elecciones del 9-M

El presidente del Gobierno acusa al PP de alimentar el miedo sobre el futuro de la economía para justificar una política de recortes sociales. Se presenta ante los candidatos de su partido como un líder valiente

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José Luis Rodríguez Zapatero encontró ayer un balón de oxígeno. El presidente del Gobierno necesitaba contrarrestar el efecto que han tenido en la percepción de la situación económica los últimos datos sobre paro e inflación. Y Pedro Solbes le dio la receta: 2007 se cerró con un superávit en las cuentas públicas superior al 2% del Producto Interior Bruto (PIB). La cifra sirvió al secretario general del PSOE para arengar a sus huestes en un acto de partido con el que se calentaron los motores de la campaña, tras la reunión del Comité Federal que aprobó las candidaturas al Congreso y al Senado.

Es, probablemente, el único dato positivo al que podrán aferrarse ya los socialistas de aquí al 9 de marzo porque, según las propias previsiones del Gobierno, la inflación (que en diciembre llegó a sus cotas máximas desde 1995) no bajará hasta la primavera y porque los primeros meses del año no acostumbran a arrojar buenos resultados de desempleo.

El otro pilar sobre el que el PSOE construirá su respuesta a los malos augurios del PP es el ritmo de crecimiento; en el último trimestre del año llegó al 3,5%. Solbes se vio obligado a utilizar la cifra el jueves, adelantándose incluso a las estimaciones del Banco de España, para responder al acoso de los grupos parlamentarios que le exigían en el Congreso medidas para hacer frente a la desaceleración económica.

Zapatero echó de nuevo mano de ella y atribuyó intereses perversos a la lectura que hacen los populares de la actual coyuntura económica. «Los problemas se abordan desde la confianza o desde el miedo -subrayó-; si la gente tiene miedo al futuro económico es evidente que será más fácil justificar por qué no se sube el Salario Mínimo Interprofesional, o por qué no se pueden aumentar las pensiones, o por qué habrá que hacer recortes sociales» . Puso así la pelota en el tejado del primer partido de la oposición. Y miedo por miedo, sembró dudas sobre las políticas que desarrollaría Mariano Rajoy si llegara a ocupar La Moncloa.

Lo que hizo el PP

Para apuntalar esta idea recordó los años en los que el PP congeló el salario de los funcionarios y en los que las subidas del salario mínimo y de las pensiones se limitaron a la variación del IPC que marca la ley, mientras José María Aznar presumía de que España iba bien. «Llegaron casi al éxtasis cuando la economía crecía en torno al 3% y el déficit público era del 0,3 o del 0,5 (ironizó). Ahora estamos con un superávit por encima del 2% del PIB en una economía que crece al 3,8%, que va a ser el dato de 2007; con tres millones de empleos creados; con una inversión en investigación, en desarrollo, en infraestructuras como no se ha conocido en ninguna otra legislatura; y con una preocupación por aquellas rentas mas bajas, por aquellas personas que tienen los ingresos mas bajos, y que pueden tener más dificultades cuando hay una elevación de los precios en la economía».

El presidente del Gobierno alegó que el superávit, además de permitir hacer frente a las dificultades que puedan venir, es una prueba de que la gestión del Ejecutivo ha sido buena y, por lo tanto, merece la confianza de los electores. Tras casi una hora de balance en la que no dejó asunto sin tratar -desde la ley de igualdad a la de la dependencia; de las reformas autonómicas para que «todas las comunidades crezcan y al mismo tiempo se reduzca la distancia entre ellas», a la salida de Irak o a su compromiso con el 0,7%- se mostró convencido de haber acreditado «muy buenas y diversas razones» para pedir a los ciudadanos una mayoría más amplia que la lograda en 2004.

Sólo una cuestión quedó fuera de su triunfal resumen de la legislatura: ETA. No hubo mención alguna a la lucha antiterrorista, ni al proceso de paz salvo en una frase suelta e indirecta. Fue cuando habló de la valentía que se requiere para gobernar un país. «Valentía para intentarlo cuando te lo exige tu conciencia -dijo- y valentía para reconocer el error o el fracaso». Esa misma «valentía» es la que, según dio a entender, le llevó a respaldar el nuevo Estatuto de Cataluña; la valentía, justificó, para «reconocer la realidad de una España rica en su diversidad y fuerte en su unidad».

Discurso de Chaves

El optimismo de Zapatero tuvo su contrapunto, aún así, en el discurso del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. El también presidente del PSOE aseguró que los socialistas acuden a las urnas en una «buena situación» y juzgó que el PP ha cometido muchos errores, pero advirtió de que «la derecha no es débil». «No les despreciemos», pidió. El veterano socialista insistió en que las próximas generales pondrán a prueba la capacidad de «movilización y explicación» del partido socialista.

Esa es la clave de su victoria, según todos los dirigentes socialistas: la participación masiva de su electorado potencial que es, en cierta medida, apático. El jefe del Gobierno fue más entusiasta. «Ánimo, porque no os voy a fallar», dijo como colofón. Por los altavoces sonaba en ese momento «que el tiempo no te cambie», de Tequila.