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JAVIER BARDEM ACTOR

«Soy feo: qué más me da que mi personaje me haga más feo aún»

El intérprete aspira a recoger esta noche un Globo de Oro en la ceremonia más descafeinada de los últimos tiempos por su papel en la película de los Coen

ANGÉLICA MARTÍNEZ
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Javier Bardem, el hombre de moda en Hollywood, el actor que hace suspirar a directores como Julian Schnabel, Francis Ford Coppola o Steven Sodenberg, acaba de estrenar en España El amor en los tiempos del cólera, y dentro de unas semanas se podrá ver No country for old men, de los hermanos Coen, por la que está nominado a los Globos de Oro (mejor actor de reparto). Los premios se fallan esta misma noche y suponen un importante escaparate de cara a los Oscar.

-¿Vaya corte de pelo que lleva en su aclamada película!

-Tres meses con ese pelo, con el peor corte de pelo que me han hecho en la vida. Figúrese. Una tortura.

-¿Dónde nace la atracción por ese personaje que crearon los Coen para usted?

-Me pregunté muchas veces cómo iban a enfocarlo. Era un papel con el que se podía hacer cualquier cosa y fue el corte de pelo el que situó al personaje. Pensé: está loco, pero es normal. Tenía que distanciarlo de su físico porque no es una persona hábil, no es un hombre de acción, le cuesta moverse bien. Es un alma rota.

-¿Con ese corte de pelo demuestra tener muy poca vanidad?

-Soy feo. Qué más me da si mi personaje me hace parecer más feo. Me miraba al espejo y no fue fácil. Ha sido duro salir de la ducha, secarte y coger el peine. Pero también entendí que es un tipo con su propio código de conducta. Un código muy censurable, pero con su lógica interna.

-Su compañero de reparto, Josh Broslin, dice que usted disfruta tanto interpretando como los niños jugando.

-Josh me ayudó muchísimo, me ayudó a sentirme bien, sobre todo en esa atmósfera tan seca donde rodábamos, cerca del Río Grande. Los personajes nos afectan de una forma curiosa. No es que yo sea un actor de método que me llevo el personaje a casa, pero el personaje esta contigo, dentro de ti. Yo no iba a matar a nadie, sin embargo me sentía distanciado emocionalmente de la gente, estaba manteniendo a ese tipo dentro de mi y no era bueno. Josh me ayudó a mantener el equilibrio entre la persona y el personaje.

-¿Qué tipo de director prefiere?

-Como actor debes confiar en el director, pero el director también tiene que confiar en el actor. Algunos no lo hacen y, si les muestras ideas, se asustan.

-¿Cómo se siente en Hollywood?

-No sé lo que significa Hollywood. Sé lo que un monstruo como Hollywood puede influir en una persona, pero yo no siento esa presión.

-¿Se le atragantan las promociones?

-No. Me pagan el billete de avión, me llevan a un hotel de cinco estrellas y tengo que estar pegado al publicista todo el tiempo. Cuando voy al baño se lo anuncio. Me dan un descanso para comer de media hora y no puedo moverme de la habitación. No es divertido, pero tampoco para atragantarse.

-¿Se mete mucho en sus personajes?

-Yo sufro si el personaje sufre. Todos los actores queremos conseguir lo mismo: que nuestros personajes sean lo más honestos posible con su realidad. Por eso, si el personaje sufre yo quiero sentir ese sufrimiento. Aunque, claro, no exactamente el mismo sufrimiento, pues están creando una emoción destinada a los demás.

-¿Qué le motiva por las mañanas?

-En estos últimos meses dar entrevistas. Es lo único que me levanta por las mañanas. Si no tuviera que venir a las entrevistas seguiría durmiendo

-¿Y el amor?

-Sí, por supuesto. El amor por quienes somos, el amor por lo que hacemos, el amor por la gente que amamos, el amor es lo que pone esta maquina en movimiento

-Dice que no le gusta verse en pantalla. ¿Sabe cuándo hace bien su trabajo?

-Es imposible ser objetivo con uno mismo y mirarse de cerca en pantalla. Yo tengo que dejar pasar el tiempo uno o dos años para ver mi trabajo con otros ojos

-¿Está interesado en dirigir?

-No, nunca. Es demasiado difícil. Soy incapaz de contestar las preguntas de esta entrevista, imagínese contestando las preguntas de cuatrocientas personas.

-Sofía Loren ha dicho que esta deseando trabajar con usted.

-¿Dios Mío, será posible!

-Ha dicho que es el Mastroiani de su generación.

-Impresionante, le daré las gracias.

- ¿Alguna vez se ha preguntado cómo ha conseguido estar donde está, a un paso del Oscar?

-Durante el rodaje de la película me pellizcaba. No podía creerme que estuviera trabajando con ellos. Piense que los Coen son los mejores hoy en día, una opción que yo pensaba imposible para mí. Pero al mismo tiempo no quiero subestimarme, y no por vanidad, sino porque es importante ponerte en tu lugar para entender si puedes o no hacer este trabajo.